07.12.2018 Views

Tres cerditos - Apostolos Doxiadis

Apostolos Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder engañar a la muerte.

Apostolos
Doxiadis construye en Tres cerditos una absorbente novela de intriga
y de aventuras, que es además una original reflexión con tintes de
tragedia griega sobre el destino, la suerte y la libre elección. Una
fábula en clave moderna sobre la eterna cuestión de cómo poder
engañar a la muerte.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuando dijo que le quedaban tres meses de vida). Así que Junior decidió<br />

utilizar el dinero de Lupo, o sea, mi dinero, para pagar su deuda. El capo<br />

había dejado el dinero a cargo de su abuelo; cuando él murió, pasó a estar<br />

bajo la custodia de su padre, y cuando su padre pasó a mejor vida, mis<br />

honorarios por matar al hermano Frank número tres quedaron en sus manos.<br />

Déjeme hacer un paréntesis en este punto, signore, para decirle que, cuando<br />

le conté la historia, le di al capo el nombre falso de «Lupo» por una razón, y<br />

fue que era despiadado como un verdadero lobo. Pero también podía haberlo<br />

llamado «Volpe», porque también era astuto como un zorro. Se había<br />

asegurado de vincular los pagos por matar a cada hermano Frank a un<br />

montón de contratos y fideicomisos y no sé qué más para tener la total<br />

garantía de que su última voluntad se cumplía hasta el final, aunque hubiera<br />

pasado mucho tiempo tras su muerte. Eso significaba que, fuera quien fuera<br />

su delegado a la hora de supervisar todo el tema (Junior en esa época), no<br />

podría poner sus manos sobre la última parte del dinero, y la más cuantiosa,<br />

hasta que tuviera pruebas de que el tercer hermano Frank estaba muerto. Esa<br />

prueba sería suficiente para que el dinero quedara disponible para Junior.<br />

Pero para poder quedárselo, tendría que eliminar a su legítimo propietario, o<br />

sea, yo, porque, como ya sabía unas cuantas cosas sobre mí, seguro que se<br />

hacía a la idea de que no me iba a gustar que me engañaran. Y por eso<br />

decidió que el brutto viniera conmigo cuando fui a completar el trabajo.<br />

—Qué misión más bonita y más fácil te habían encomendado, Mickey,<br />

muchacho —le dije después de que me contara todo lo que sabía—. Después<br />

de asegurarte de que había acabado con Leo Frank, tú tenías que acabar<br />

conmigo.<br />

—El zeñor Bazil ez mi jefe, eztúpido hijo de puta —dijo el brutto, como<br />

si su lealtad le honrara—. ¿Qué iba a hacer, decirle que no? Y ademáz, me<br />

prometió cincuenta de los grandez por quitarte de en medio. ¿Qué habríaz<br />

hecho tú en mi lugar, eh?<br />

—No sé que habría hecho en tu lugar, amigo —confesé—. Pero sí sé lo<br />

que voy a hacer en el mío.<br />

Entonces le disparé en medio de la frente, justo encima de su enorme<br />

narizota. Después arrastré su cuerpo hacia el interior de la jungla (y pesaba,<br />

signore, ¡casi me sale una hernia!), con cuidado de no pisar alguna de esas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!