Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz
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asesinatos que terminan convirtiéndose en realidad. Este film contiene
características que lo hacen único, y también es muy interesante la historia de
cómo fue producido. Para empezar, es el primer guión de John Carpenter que
fue comprado por una major de Hollywood. Carpenter escribió un tratamiento
de once páginas con el título Eyes, y el estudio eligió a Barbara Streisand
como protagonista. Más adelante, el guión tuvo una reescritura y se
reemplazó a Streisand por Dunaway. El director del film es Irvin Kershner, y
quizá su nombre les suene familiar: profesor de George Lucas, fue llamado un
año después de hacer Laura Mars para dirigir El imperio contraataca (1980).
Como les decía al principio, quizás Eyes of Laura Mars no tenga el
misterio más extraño, ni su giro sea el más inesperado; pero es una muy buena
película para todo aquel que se interese en el policial de explotación. La
escena de la fiesta al principio, con la música disco y los travelings, tal vez
sirvió de inspiración para varias escenas en Boogie Nights (Paul Thomas
Anderson, 1997). Las sesiones de fotos que toma Faye Dunaway tienen un
tono claramente comercial, a diferencia de las que toma David Hemmings en
Blow Up (Michelangelo Antonioni, 1966), más intimistas. Esta dicotomía
entre arte y comercio angustia a Laura: ella se considera una artista, y carga
con la culpa de lucrar con su arte. A nivel macro, este conflicto entre el arte y
el vil metal marca una de las preocupaciones que el cambio de década estaba
provocando en la generación de la contracultura: todo lo que en los 70 se
relacionaba con una revolución de amor y paz —arte—, los 80 lo fueron
devorando y regurgitando hasta convertirlo en una versión absolutamente
comercial, vomitiva, ausente de toda ideología —vil metal—. Laura Mars nos
marca justo esa etapa de transición, y nos presenta una protagonista atrapada
entre dos mundos absolutamente irreconciliables en su época.
A pesar de que la película fue muy bien recibida por el público y los
críticos, la mayoría encontró que el giro del final directamente no funcionaba.
Yo coincido en que es uno de sus aspectos más flojos, pero no siempre hay
que valorar un film únicamente por su historia. Eyes of Laura Mars presenta
la versión más elevada del cine de explotación, y explora algunas puestas en
escena a las que, incluso si el final no nos gustó, no podemos dejar de
reconocerles su calidad.
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