15.06.2023 Views

Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

George Bush. Anonadado con mi monstruosa compra y estudiando

cuidadosamente en qué bolsa entrarían tantos DVDs, me comentó —en un

inglés texano casi incomprensible— que en Brooklyn había un shopping

enorme, y que en ese shopping había un negocio especializado en películas

clásicas y de culto.

Quizá la película que buscaba la encontraría en otro local dando la vuelta

a la manzana, pero el objetivo que me planteó el viejo me pareció interesante

y, al día siguiente, encaré directo hacia Brooklyn. Y me tomé por primera vez

el subte de Nueva York —que estaba más roñoso y olía peor que mil

estaciones Plaza Miserere juntas—. El viejo tenía razón al referirse a las

dimensiones del local de ese shopping de descuentos de Brooklyn: jamás en

mi vida había visto un negocio tan colosal, especializado en películas. Las

góndolas parecían de supermercado, y cada fila era un género. Había de todo:

desde los clásicos como Casablanca (Michael Curtiz, 1942) y Some Like it

Hot (Billy Wilder, 1959) en ediciones fantásticas, hasta obras más de culto

como Vanishing Point (Richard C. Sarafian, 1971) y The Rocky Horror

Picture Show (Jim Sharman, 1975). ¡Y bien al fondo, en la sección de

comedia, me esperaba lo que venía a buscar! Pero, justo al lado de la edición

de aniversario de Lebowski, había un DVD con las dos primeras películas de

los Coen: Blood Simple (Simplemente sangre, 1984) y Raising Arizona. Ya

que estaba ahí, me las llevé a casa junto con varios otros DVDs que hoy

seguramente iluminan alguna repisa de Santiago, mi hermano menor. Esa

noche, bajo el cielo contaminado y las luces chillonas de la Gran Manzana, vi

en el cuarto del hotel una de las mejores comedias de la historia.

Raising Arizona nos cuenta las penurias de Hi (Nicolas Cage), un

delincuente que no para de reincidir, y de su mujer Edwina «Ed» (Holly

Hunter), una agente de policía que tuvo la desgracia de enamorarse de él.

Cuando Hi y Ed se enteran de que no pueden tener hijos, se les ocurre que

podrían robar un niño. Y qué mejor idea que robárselo a la familia más rica

del pueblo, que según los diarios acababan de tener… ¡quintillizos!

Los primeros diez minutos de esta película son una introducción

magistral: la reincidencia de Hi en la prisión, el gordo que limpia las celdas y

lo mira raro, las escenas donde Ed le toma las fotos y Hi trata de seducirla.

Todo está tan comprimido y apurado que nos obliga a sentirnos identificados

con la desorientación del protagonista. Pero esto recién empieza. A medida

que el film avanza, la relación entre Hi y Ed se vuelve cada vez más sólida, y

la trama general se vuelve cada vez más absurda, en el mejor sentido.

Aparecen los compañeros de celda de Hi y un motoquero del Apocalipsis que

Página 145

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!