Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz
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dedicado exclusivamente al director más geek del planeta: Kevin Smith. Era
un foro muy selecto, y para ser miembro había que pagar. Pero este amigo
mío ya era miembro desde hacía muchísimo, y nos dejó usar su cuenta. A
diferencia de Twitter, por ejemplo, la mayoría de los foros en internet tenían
políticas muy estrictas —casi represivas— contra el spam, lo que hacía que
nuestro trabajo con cada página fuera superminucioso y personalizado.
Increíbles épocas de comida rápida, edición e internet. ¡Pero volvamos a la
película!
Interesado por el descubrimiento de este director, Kevin Smith, me puse a
investigar su filmografía y algunas de sus charlas, que andaban —y andan—
dando vueltas por YouTube. Eventualmente llegué a Clerks, su primera
película. Hecha con dos tarjetas de crédito agotadas y un grupo de amigos del
barrio, Clerks cuenta la historia de unos adolescentes que trabajan en una
tienda y que en su tiempo libre juegan al hockey. Un film simple pero con
diálogos chispeantes, que destila una vibra de los años noventa por donde se
lo mire. Los personajes de esta película representan exactamente a la
demográfica joven americana de aquella época: chicos de clase media,
desinteresados del mundo, fumando y hablando de cultura popular. Con estos
perfiles, Clerks va en línea con el estereotipo MTV de adolescente más «cool»
de los noventa, y que vemos en shows como Daria o Beavis and Butt-Head.
La única diferencia es que Smith les provee una mayor profundidad a sus
historias, gracias a unos diálogos inolvidables y hasta algún que otro conflicto
filosófico. Toda esta conjunción de elementos aparentemente incompatibles
hace que la simple comedia Clerks trascienda los tópicos de su época. Es
también un claro ejemplo del enorme talento de Smith como guionista, don
que le permitió sostener una excelente carrera de casi dos décadas en
Hollywood.
Para lo poco que costó, Clerks fue un éxito fenomenal. A pesar de que
personalmente me gustan más otras películas de Kevin Smith —Chasing Amy
(1997) es una de mis favoritas—, me parece que vale la pena recomendar
Clerks, porque nos deja dos importantes lecciones: hasta en los ámbitos más
simples de la vida se puede encontrar una gran historia, y si el guión es bueno
no se necesita un presupuesto desproporcionado para lograr un film exitoso.
De hecho, el mayor costo de producción que hubo en Clerks fue el material
fílmico —razón por la que decidieron filmar en blanco y negro—, un gasto
que hoy en día equivale a 0, si grabamos con cámaras digitales.
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