Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz
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hombre dan vueltas a la plaza mientras murmuran, se dicen algo en voz baja,
con notorio sigilo. Harry Caul, nuestro protagonista, los está espiando desde
una camioneta, apoyado por todo un equipo de microfonistas que acechan a la
pareja sin que ni él ni ella lo sospechen. Cuando Harry decodifica parte de la
charla en su estudio, descubre que esta pareja podría estar en peligro de ser
asesinada por el empresario que contrató al espía. A partir de ahí comienza
una montaña rusa de suspenso, en donde la única pista para resolver el
misterio se encuentra en el audio decodificado por el protagonista.
A pesar de que siempre fue bien recibida por la crítica, y hasta fue
nominada a tres premios Oscar, The Conversation pasó un poco de largo en la
filmografía de Coppola. Supongo que fue el hecho de haberse filmado justo
entre los dos Padrinos, las películas más exitosas del director, o que la trama
es un poco más íntima y no tan efectista. Sea como fuese, The Conversation
es una producción a la que no le falta absolutamente nada. Es también una
reflexión sobre la creación artística y las capas narrativas que se pueden
encontrar en una obra, y de cómo pueden llegar a interpretarse: Harry Caul
decodifica, y en ese sentido La conversación es una invitación a que nosotros
también lo hagamos. Dicen que, para crear el audio en cuestión, Coppola les
pidió a los actores que grabaran sus líneas en distintos tonos, para que cada
vez oyéramos una versión levemente distorsionada. A veces parece que están
asustados…, y bueno: al final, el tono de la voz nos hace entender que esos
dos la tienen totalmente clara. En esta película no se nos plantea el típico
rompecabezas del policial, sino que ya se nos da un rompecabezas armado. Y
nosotros, identificados con Harry Caul, tenemos que descifrar el misterio
detrás de la imagen.
Otra cosa que me fascina de The Conversation es la música de David
Shire: la melancolía de un jazz de paradójica frialdad, con notas altas de un
piano ominoso, oscuro; es tan buena que el mismo David Fincher contrató a
Shire treinta años después para que le escribiera la música de su film Zodiac
(2007), que para mí, dicho sea de paso, es un gran homenaje a The
Conversation. De lo que sí no hay dudas, por lo explícito, es del tributo que le
rinde nuestro Adolfo Aristarain hacia el final de Tiempo de revancha (1981).
Podría escribir un libro entero sobre esta gran película del primer período
de Francis Ford Coppola, sobre cada uno de sus planos, la fotografía, el
montaje… ¡y vaya una mención de honor para el sonido! Pero por el
momento sólo les voy a decir que deben verla, y deben verla más de una vez.
Al igual que el audio que grabó Harry Caul, The Conversation necesita que la
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