15.06.2023 Views

Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

los recuerdos más oscuros de su pasado. Esta ansiedad no deja dormir al

protagonista y compromete su relación sentimental con Alma (Liv Ullmann).

La película está dividida en dos partes: una que nos muestra la degradación

moral del protagonista, y otra que directamente nos abisma en el más

enrarecido terror psicológico.

A pesar de que tal vez no sea tan conocida dentro de la filmografía de

Bergman, La hora del lobo es para mí una de sus obras maestras, sobre todo

por la dirección de actores y la puesta de cámaras. Von Sydow y Ullman

llevan su actuación hasta el límite, y logran mostrarnos de la forma más cruda

la decadencia de sus personajes: cada uno transita un arco emocional muy

difícil de sostener. Y Bergman decide mostrar en planos largos ese estado de

cosas. Uno de los que más me gustó es al inicio de la segunda parte, cuando

Borg le cuenta a Alma sobre el mito de la hora del lobo: un plano fijo de diez

minutos durante el que la tensión se vuelve cada vez mayor, y paralelamente

el monólogo del actor nos va encerrando cada vez más en la penumbra de esa

casa perdida en medio del campo.

En cuanto a la puesta de cámara, me gusta mucho cómo esta película

trabaja los múltiples encuadres dentro un solo plano. El más evidente uso de

este recurso ocurre al principio de la película, en donde aparece la ex amante

de Johan: a partir de un zoom fuertísimo pasamos del plano general a un

primerísimo primer plano de la mujer. Casi parece un corte, pero la acción de

los actores se desarrolla en perfecta continuidad. Otra situación similar ocurre

en la escena del castillo, cuando los personajes deambulan por los jardines.

Ahí pasamos de un primer plano de Ullmann a un plano general de todos los

invitados, y nuevamente a un primer plano pero del protagonista. Todo esto

ocurriendo en el mismo traveling le da un montaje interno a la escena, que

destaca mucho más las actuaciones y nos va llevando hacia las emociones que

el director nos quiere mostrar.

La hora del lobo no es un film para ver en cualquier momento, en

cualquier hora del día. Si uno no tiene paciencia, la carga emocional y los

muy largos planos no le permitirán apreciar demasiado. Pero cuando se

encuentra el estado emocional ideal para verla, puede resultar de una gran

inspiración. Y además, si son unos fanáticos del terror como yo, lo que nunca

van a olvidar de La hora del lobo es el final con los demoníacos personajes: la

mujer que cambia de piel y se saca los ojos, o el hombre con alas de pájaro

que merodea por los techos de ese castillo infernal.

Página 49

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!