Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz
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Me encanta cómo este film parte de un problema tan cotidiano como
encontrarse con unos molestos en la playa, para trepar a inimaginables niveles
de sadismo. Los actores adolescentes logran una performance tan irritante que
uno no puede más que identificarse con la pareja: te corre un odio en la sangre
tan fuerte por esos pendejos de mierda que hasta deseás que los protagonistas
consigan vengarse en lugar de tan sólo salir con vida del bosque.
Eden Lake trabaja muy bien el tema de la locación y el tiempo. El bosque
está exprimido hasta su última ramita, y el gradual paso de un tono cálido —
cuando los personajes están en la playa— a un azul de lo más frío, llegando al
final, nos ayuda a meternos cada vez más en el infierno que nos plantea la
trama. Por otro lado, el trabajo de la luz es funcional al horror: por más que
no haya un reloj indicándonos la hora, la caída del sol, y las sombras que se
van proyectando entre los árboles, nos advierten una inevitable noche de
tinieblas. Como espectadores ya vimos lo terrible y laberíntico que es el
bosque durante el día, ¡y por eso no queremos que llegue la noche nunca! El
director hizo un gran trabajo a la hora de montar distintos matices de
atardeceres para acrecentar esta tensión. Entre las tomas aéreas y los distintos
inserts, parece que la tan temida oscuridad va a llegar en cualquier
momento…, pero a la vez no llega.
Eden Lake propone un trabajo de slasher similar al que fundamenta
películas como Deliverance (John Boorman, 1973): los verdaderos monstruos
son la naturaleza y los salvajes, que torturan a los protagonistas hasta poco
menos que desangrarlos de locura. El final de esta película es medio como un
punch line de humor negro: si los adolescentes eran unas fieras perversas,
imagínense lo hijos de mil putas que serán los padres. Es un buen final, muy
efectivo; pero una minoría «selecta» se lo tomó demasiado a pecho: según
estos redentores, el final muestra un desprecio del director hacia las clases
sociales más bajas de Inglaterra. Conclusión: la película «no es buena». Una
apreciación tan básica como decir que, porque el villano de Jackie Brown es
negro, la película refuerza los estereotipos racistas de Estados Unidos.
Invención completamente idiota, propia de una crítica de cine contemporánea
y virulenta —casi una marca registrada—, a la que no le interesa tanto pensar
el cine como rebuznar absurdas bajadas de líneas y declamaciones personales.
Sea como fuese, Eden Lake es un gran film, pero no tuvo muy buena
repercusión. Apenas logró recuperar los costos, y con casi diez años desde su
estreno no gozó del reconocimiento que en mi opinión se merece. Muchos
fanáticos del cine de terror conocen y adoran esta película, y creo que a
muchas audiencias que no están tan metidas en el mundo del horror también
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