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Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz

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La película del rey

1986. Dirigida por Carlos Sorín

Hace mucho tiempo, en una clase de Historia del Cine Argentino, tuve una

discusión con el profesor porque no nos hacía ver ninguna película de la

década del 70 ni del 80. Según el «maestro», los movimientos importantes en

el cine argentino fueron tres: los años dorados del cine clásico, el cine de

vanguardia en los años 60 —una especie de Nouvelle Vague argentina— y el

famoso Nuevo Cine Argentino de los años 90 y 2000 —Martel, Trapero,

Caetano, entre otros—. Enojado, y medio rebelándome contra el gil de mi

profesor, fui dando pisotones hasta la videoteca de la facultad y me puse a

buscar películas argentinas que no pertenecieran a aquellos movimientos. ¡Me

encontré con un cine tremendo, del que nunca me habían contado! Aristarain,

Agresti, Martínez Suárez, Olivera y, obviamente, Carlos Sorín.

La copia que vi de La película del rey ese mismo día era espantosa: un

DVD con calidad de VHS grabado de la televisión; hasta tenía el logotipo del

canal Volver y todo. Pero incluso con una copia tan trucha entendí que La

película del rey era una excelente puesta en abismo. El director David Vass

(Julio Chávez) y su productor ejecutivo (Ulises Dumont) deciden rodar una

película épica sobre aquel supuesto rey de la Patagonia, el audaz y verídico

Orélie Antoine de Tounens. La épica fundacional de Orélie deja paso a la

épica «filmacional» de David: cuando uno de los inversores del proyecto se

cae, el rodaje se va convirtiendo en una pesadilla. Lo único que puede sacar

adelante el proyecto es la pasión del director y el temple de su productor, cuya

salud mental es cada vez más delicada. Puedo afirmar que el auténtico

protagonista es el rodaje mismo.

Esta película es extraordinaria por donde se la mire. La comedia del

rodaje y sus alocados personajes me recuerdan el Fellini de 8 ½ (1963) y

combinan perfectamente con los enloquecedores planos abiertos del sur de

nuestro país. Dumont y Chávez hacen nuevamente una dupla inigualable —la

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