Cien peliculas que me abrieron la cabeza - Nicolas AmelioOrtiz
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
favoritos de toda la historia: Dario Argento, a quien tuve el honor de conocer
personalmente en Sitges 2017.
El pájaro de las plumas de cristal es un policial negro que cuenta las
desventuras de un escritor americano (Tony Musante), quien tiene la
desgracia de presenciar un asesinato en medio de la noche. Atrapado en Italia
como testigo, la policía le congela el pasaporte, y a él no le queda otra que
ayudar en la investigación. Pero, tratando de salirse de este problema, el
escritor descubre varios secretos detrás del oscuro crimen.
Como les dije antes, esta es una de mis películas italianas preferidas.
Incluso me parece mejor que algunas de un Rosellini o de un De Sica. El
pájaro de las plumas de cristal termina de darle forma al subgénero conocido
como giallo y nos presenta a Dario Argento como un director que combina lo
mejor de sus dos maestros: Mario Bava y Sergio Leone. Tal como Leone lo
hacía con el western, Argento reinventa el género policial, desde lo autóctono.
Pero no conforme con seguir los pasos de Leone, el maestro también tiene
una fascinación por la estética de la violencia, algo con lo que Mario Bava ya
nos venía partiendo la cabeza en películas como La chica que sabía
demasiado (1963) o Seis mujeres para el asesino (1964).
Hay un aspecto particular que siempre me encantó de El pájaro…: cómo
el director aborda el punto de vista y la memoria durante la escena del
asesinato. Al principio, a la escena en sí la vemos desde distintos ángulos de
cámara, pero después aparece en diversos flashbacks, sólo desde el punto de
vista del protagonista. Y de hecho, cuando trata de recordar detalles, el lente
se vuelve más cerrado, o la imagen se llena de grano, distorsionando poco a
poco el recuerdo original. Una idea extraordinaria que sirve para evocar, con
el lenguaje de las sólidas imágenes del cine, las evanescentes imágenes de la
memoria.
Algunos elementos de este policial realista ya anticipan el amor
incondicional por lo fantástico, que el director desarrollará de algún modo en
Profondo Rosso (1975), y llevará al extremo en Suspiria (1979) e Inferno
(1980). La música ominosa de Ennio Morricone, y los planos sobrecargados
de un grato barroquismo o con diversos zooms de lentes, le dan a esta historia
un carácter mágico y demencial, contrastante con los climas del policial
realista y racional al que estábamos acostumbrados. Sin lugar a dudas, El
pájaro de las plumas de cristal es una maravillosa opera prima y una pieza
importantísima en la historia del cine italiano.
Página 51