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Héctor Carrasquero<br />
—lo que parece más adecuado al texto literario— producir, generar<br />
las interrogantes que corresponden a su propia experiencia<br />
como lector de ese texto en particular.<br />
Para la experiencia del arte (...) hay algo más que expectativa de<br />
sentido; aquí hay lo que quisiera llamar “sentirse alcanzado” por el<br />
sentido de lo dicho. (...) La obra de arte que dice algo nos confronta<br />
con nosotros mismos. Eso quiere decir que declara algo que,<br />
tal y como es dicho ahí, es como un descubrimiento; es decir, un<br />
descubrir algo que estaba encubierto. En esto estriba ese sentirse<br />
alcanzado. 15<br />
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Un sentido “definitivo” es ilusorio. Dialogar con el poema<br />
requiere, para que el placer de la pesquisa se prolongue y fructifique,<br />
entender que lo que quiere decirnos necesita de nosotros<br />
mismos para que su sentido ocurra; hay que construir entonces,<br />
el sentido que surge de participar en el diálogo, producirlo junto<br />
con el poema, participando en él. Es una tarea laboriosa; Gadamer<br />
afirma que “el poema invita a una larga escucha y a un intercambio<br />
de palabras, en los que se consuma la comprensión” 16 . Las señales<br />
que indican hacia dónde dirigir la mirada se hacen perceptibles a<br />
medida que nos compenetramos con el poema y encontramos en él<br />
un reflejo de lo que nos es propio, pero no a la manera de un espejo,<br />
sino como suscitado por el bruñido particular de cada poema.<br />
Hay que procurar que el poema, que es además sonido y<br />
forma, pueda “replicar”, tenga algo que decirnos. La contemplación<br />
de un jardín zen, que representa la armonía del universo,<br />
tiende nuevos puentes de sentido cada vez que alguien regresa y<br />
medita en él. Esto ocurre no solo porque a cada retorno el hombre<br />
es distinto, sino que aquella abstracción de la naturaleza —al<br />
15 Hans-Georg Gadamer: Estética y hermenéutica. Editorial Tecnos (Grupo<br />
Anaya, S. A.), Madrid, 2001, pág. 60.<br />
16 Op. cit., pág. 150.