VI Desde mi casa a una calle de rieles [ 81 ] desde una calle de rieles hasta mi viejo suburbio incandescente voy a revelarme con gestos magníficos ante mis mayores hay siempre también algún otro zumbido ritual en la memoria: voy a quemarme en ti, aroma profundo
Héctor Carrasquero [ 82 ] * “Desde mi casa... hasta mi viejo suburbio”. El trayecto describe un traslado desde un entorno tan íntimo como la casa, que nos protege y contiene, hasta el afuera que implica exponerse: la calle, la ciudad y aun más allá, un “suburbio”, un lugar menos construido, más cercano a lo agreste de la naturaleza. Que se diga “una calle” da la impresión de que esta vía férrea es más bien como esas de tranvía que ya no existen en nuestras ciudades, con transeúntes y lugares de encuentro, aunque sus rieles le impiden desviarse a su antojo. El viaje se realiza también en los linderos de la memoria; parece evocación de recuerdos distantes, “mi viejo suburbio”, el lugar de la infancia, de los juegos, de los amigos, de los primeros amores. Imágenes cargadas de origen, de costumbre de lo conocido, o de lo que se conoció; estos lugares son los suyos, los que lo han conformado, de manera similar a la tierra que, por pobre que sea, alimenta y da soporte a lo que en ella brota y se sostiene. El que habla va rumbo a un encuentro que es ceremonial, va a revelarse ante sus mayores: descubrirse, manifestarse. Da la impresión de que ese tránsito es una etapa que se supera; ya está en capacidad de “revelarse” a sus mayores, y puede hacerlo con esplendor. Se nos dice: incandescente; brillante como el metal sometido al fuego de la fundición, humeando en ese estado transitorio entre una forma y otra. Así, con ese halo de alquimia va a revelarse, con gestos magníficos, como el artífice de su propia incandescencia, ante sus mayores, sus abuelos, sus antepasados. “Los alquimistas conservan en especial el sentido dado por Heráclito al fuego, como “agente de transformación”, pues todas las cosas nacen del fuego y a él vuelven. Es el germen que se reproduce en las vidas sucesivas” 48 . Pienso en el aspecto de ceremonia ya referido: “forma exterior para dar culto a las cosas divinas o reve- 48 Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos. Editorial Labor, S. A. Barcelona, España, 1992, pág. 209.