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Por causa de palabra<br />

Ensayos interpretativos sobre los poemas<br />

de Por cuál causa o nostalgia<br />

Aquí la perdiz, con su gesto centelleante y repetitivo alude a<br />

algo consuetudinario, conocido; alguien que parece vivir en una<br />

espera permanente por el cíclico relámpago, atento y ensimismado,<br />

en vilo. Las imágenes de estas dos estrofas nos presentan<br />

la circunstancia de quien se encuentra alerta y a la vez como condenado<br />

a la espera de ese fulgor, tal como el poeta en su ejercicio<br />

creador. Confirmando esta idea, encontramos a “la perdiz” ya en<br />

Rasgos comunes (1975), en el segundo de los titulados Poema:<br />

De esta suavísima, tierna, relampagueante palabra<br />

hay un oscuro susurro,<br />

ella vuela sin cascos como la perdiz<br />

o se recoge en el hueco de tu mano...<br />

Hay un “murmullo incomprensible” y también un “entendimiento”;<br />

aquí se asoma una referencia a la palabra, ese murmullo<br />

nos habla de un diálogo que no termina de hacerse efectivo;<br />

quien escucha está fuera, no es un “nosotros” sino “unos / y otros”,<br />

es decir “ellos”, y aquí hay una contemplación atenta, un afán de<br />

escuchar a esos otros. Tal vez de ese esfuerzo provenga “el entendimiento<br />

/ que basta / para alcanzar la locura”; quien hace este<br />

recuento se halla en un como ejercicio permanente de escuchar,<br />

y la certeza de que se puede alcanzar la locura muestra precisamente<br />

que no está dentro de ella, que tal vez se pasea por el borde,<br />

pero que aún se sostiene, es el poeta mismo que intenta trascender<br />

sus propios límites para poder ejercer su oficio, su aventurarse<br />

en lo poético. No es la edad, la acumulación de años, lo que da ese<br />

saber; es la experiencia trabajada, cultivada, la que permite llegar<br />

a él; todos podemos llegar la locura, pero no así conocer su frontera.<br />

En este caso, nuestro baquiano evidentemente no habla de<br />

la demencia, la locura clínica, sino de otro tipo de rapto, tal vez<br />

cercano: el de la poesía.<br />

Pero entonces la enumeración pasa a contraponer las ausencias.<br />

Y aquí también hay un dejo de cotidianidad; no es la ausencia<br />

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