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Eric Hobsbawn – Historia del siglo XX - UHP

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220 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES<br />

dista <strong>del</strong> Congreso Subhas Chandra Bose, que había decidido buscar el apoyo<br />

japonés para conseguir la independencia de la India (Bhargava y Singh Gill, 1988, p.<br />

10; Sareen, 1988, pp. 20-21). Japón, cuya estrategia política la decidían tal vez los<br />

altos mandos navales, más sutiles que los <strong>del</strong> ejército de tierra, hizo valer el color de<br />

la piel de sus habitantes para atribuirse, con notable éxito, la función de liberador de<br />

colonias (excepto entre los chinos de ultramar y en Vietnam, donde mantuvo la<br />

administración francesa). En 1943 se organizó en Tokio una «Asamblea de naciones<br />

asiáticas <strong>del</strong> gran oriente» bajo el patrocinio de Japón, 5 a la que asistieron los<br />

«presidentes» o «primeros ministros» de China, India, Tailandia, Birmania y<br />

Manchuria (pero no el de Indonesia, al cual, cuando la guerra ya estaba perdida, se le<br />

ofreció incluso «independizarse» de Japón). Los nacionalistas de los territorios<br />

coloniales eran demasiado realistas como para adoptar una actitud pro japonesa,<br />

aunque veían con buenos ojos el apoyo de Japón, especialmente si, como en<br />

Indonesia, era un apoyo sustancial. Cuando los japoneses estaban al borde de la<br />

derrota, se volvieron contra ellos, pero nunca olvidaron cuán débiles habían<br />

demostrado ser los viejos imperios occidentales. Tampoco olvidaron que las dos<br />

potencias que en realidad habían derrotado al Eje, los Estados Unidos de Roosevelt y<br />

la URSS de Stalin, eran, por diferentes razones, hostiles al viejo colonialismo,<br />

aunque el anticomunismo norteamericano llevó muy pronto a Washington a defender<br />

el conservadurismo en el tercer mundo.<br />

V<br />

No puede sorprender que fuera en Asia donde primero se quebró el viejo sistema<br />

colonial. Siria y Líbano (posesiones francesas) consiguieron la independencia en<br />

1945; la India y Pakistán en 1947; Birmania, Ceilán (Sri Lan-ka), Palestina (Israel) y<br />

las Indias Orientales Holandesas (Indonesia) en 1948. En 1946 los Estados Unidos<br />

habían concedido la independencia oficial a Filipinas, ocupada por ellos desde 1898<br />

y, naturalmente, el imperio japonés desapareció en 1945. La zona islámica <strong>del</strong> norte<br />

de África estaba ya en plena efervescencia, pero no se había llegado aún al punto de<br />

ruptura. En cambio, la situación era relativamente tranquila en la mayor parte <strong>del</strong><br />

África subsahariana y en las islas <strong>del</strong> Caribe y <strong>del</strong> Pacífico. Sólo en algunas zonas<br />

<strong>del</strong> sureste asiático encontró seria resistencia el proceso de descolonización política,<br />

particularmente en la Indochina francesa (correspondiente en la actualidad a<br />

Vietnam, Camboya y Laos), donde el movimiento comunista de resistencia, a cuyo<br />

frente se hallaba el gran Ho Chi Minh, declaró la independencia después de la<br />

liberación. Los franceses, apoyados por Gran Bretaña y, en una fase posterior, por<br />

Estados Unidos, llevaron a cabo un desesperado contraataque para reconquistar y<br />

conservar el país frente a la<br />

5. Por razones que no están claras, el término «asiático» sólo comenzó a utilizarse corrientemente<br />

después de la segunda guerra mundial.<br />

EL FIN DE LOS IMPERIOS 221<br />

revolución victoriosa. Fueron derrotados y obligados a retirarse en 1954, pero<br />

Estados Unidos impidió la unificación <strong>del</strong> país e instaló un régimen satélite en la<br />

parte meridional <strong>del</strong> Vietnam dividido. El inminente hundimiento de ese régimen<br />

llevó a los Estados Unidos a intervenir en Vietnam, en una guerra que duró diez años<br />

y que terminó con su derrota y su retirada en 1975, después de haber lanzado sobre<br />

ese malhadado país más bombas de las que se habían utilizado en toda la segunda<br />

guerra mundial.<br />

La resistencia fue más desigual en el resto <strong>del</strong> sureste asiático. Los holandeses<br />

(que tuvieron más éxito que los británicos en la descolonización de su imperio indio,<br />

sin necesidad de dividirlo) no eran lo bastante fuertes como para mantener la<br />

potencia militar necesaria en el extenso archipiélago indonesio, la mayor parte de<br />

cuyas islas los habrían apoyado para contrarrestar el predominio de Java, con sus<br />

cincuenta y cinco millones de habitantes. Abandonaron ese proyecto cuando<br />

descubrieron que para Estados Unidos Indonesia no era, a diferencia de Vietnam, un<br />

frente estratégico en la lucha contra el comunismo mundial. En efecto, los nuevos<br />

nacionalistas indonesios no sólo no eran de inspiración comunista, sino que en 1948<br />

sofocaron una insurrección <strong>del</strong> Partido Comunista. Este episodio convenció a<br />

Estados Unidos de que la fuerza militar holandesa debía utilizarse en Europa contra<br />

la supuesta amenaza soviética, y no para mantener su imperio. Así pues, los<br />

holandeses sólo conservaron un enclave colonial en la mitad occidental de la gran<br />

isla melanésica de Nueva Guinea, que se incorporó también a Indonesia en los años<br />

sesenta. En cuanto a Malaysia, Gran Bretaña se encontró con un doble problema: por<br />

un lado, el que planteaban los sultanes tradicionales, que habían prosperado en el<br />

imperio, y por otro, el derivado de la existencia de dos comunidades diferentes y<br />

mutuamente enfrentadas, los malayos y los chinos, cada una de ellas radicalizada en<br />

una dirección diferente; los chinos bajo la influencia <strong>del</strong> Partido Comunista, que<br />

había alcanzado una posición preeminente como única fuerza que se oponía a los<br />

japoneses. Una vez iniciada la guerra fría, no cabía pensar en modo alguno en<br />

permitir que los comunistas, y menos aún los chinos, ocuparan el poder en una ex<br />

colonia, pero lo cierto es que desde 1948 los británicos necesitaron doce años, un<br />

ejército de cincuenta mil hombres, una fuerza de policía de sesenta mil y una<br />

guarnición de doscientos mil soldados para vencer en la guerra de guerrillas instigada<br />

principalmente por los chinos. Cabe preguntarse si en el caso de que el estaño y el<br />

caucho de Malaysia no hubieran sido una fuente de dólares tan importante, que<br />

garantizaba la estabilidad de la libra esterlina, Gran Bretaña habría mostrado la<br />

misma disposición a afrontar el costo de esas operaciones. Lo cierto es que la<br />

descolonización de Malaysia habría sido, en cualquier caso, una operación compleja<br />

y que no se produjo (para satisfacción de los conservadores malayos y de los<br />

millonarios chinos) hasta 1957. En 1965, la isla de Singapur, de población<br />

mayoritariamente china, se separó para constituir una ciudad-estado independiente y<br />

muy rica.<br />

Su larga experiencia en la India había enseñado a Gran Bretaña algo que no<br />

sabían franceses y holandeses: cuando surgía un movimiento nacionalista

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