Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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MARTí / CUBA<br />
para impedir, con la guerra útil e invencible de independencia, la des-<br />
composición de un pueblo que ya tiene quien ponga en fila, y provea el<br />
hombro, a los heroicos soldados. Ya el descanso acabó: ; paso, los can-<br />
sados de siempre, a los que no se han cansado!<br />
Ahá, en un asilo infeliz, moría tiempo hace, en Ja rústica cama, un<br />
general de Cuba, rodeado de sus hijos de armas, y se alzó sobre el codo<br />
moribundo, no para hablarles de los intereses de la tierra, sino para<br />
legarles, con el último rayo de sus ojos, la obligación de pelear por su<br />
pueblo hasta verlo libre del extranjero que le odia y extermina, y de<br />
ln indeciaió’n y pecho siervo de sus propios hijos. Allá, en aquel rincón,<br />
los olvidados batalladores urdían, cual otros de cien partes, la guerra<br />
nueva que estalla ya, pasado el suefio largo y necesario, por cuanto<br />
hay de sangre en el país. Y hoy que ordena las fuerzas dispersas, sin<br />
reclamo alguno para sí, y como criado de la tierra y no más, el Partido<br />
Revolucionario Cubano, acuden los hijos de armas de Vicente García<br />
a la lista del honor, acude el condiscípulo de Ignacio Agramonte, fiel<br />
a la sombra inmortal, acude el padre de los diez años con los herederos<br />
de su nombre y valor, como hace catorce años, huido de Ceuta, se pre-<br />
sentó en New York con sus tres hijos, para embarcarse a la guerra, don<br />
Silverio del Prado. iEsta es Cuba, y no otra!<br />
Con nosotros están los verdaderos vivos; con nosotros están los que<br />
dicen la verdad, y los muertbs, están con nosotros.<br />
No se complace el Partido Revolucionario, harto conocedor de su<br />
gran responsabilidad, en tentativas inferiores a la magnitud de la obra<br />
entera, ni en alardes inoportunos de organización armada, ni nadie, sino<br />
algún vil o perezoso, tendrá hoy en menos, ni osará tildar de imprudencia,<br />
el nombre histórico de “Cazadores de Hatuey” con que, en la tregua<br />
como en la pelea, se abanderan hoy los valientes de las Tunas. Dice harto<br />
claro a los menguados este nombre, no que el Partido creado para impedir<br />
intentonas vanas se dispone a ellas, sino que el pabellón de los diez años,<br />
ida la tempestad, ondea otra vez con el mismo ardor al viento. Algunos<br />
se habían cansado; pero no los más, ni los mejores. Allá, en su igno-<br />
rado asilo, abran el corazón los sublimes hermanos. Ya estamos en<br />
marcha: i asistanos la libertad. t Con nosotros están los que dicen la<br />
verdad: y los muertos están con nosotros.<br />
POLiTICA Y REVOLUCIÓN<br />
Dicen así los soldados de Vicente García:<br />
El batallón “Cazadores de Hatuey”<br />
al Partido Revolucionario Cubano<br />
211<br />
Noviembre 18 de <strong>1892</strong><br />
A una colectividad muy respetable se dirigen aquellos soldados que<br />
supieron siempre combatir bajo la enseña de los “Libres”.<br />
A ella, pues, le suplican que se digne admitir un voto de adhesión<br />
que no entraña otra cosa, que el amor a la Patria y el deseo de su><br />
Independencia.<br />
Nosotros no somos más que un resto de aquella legión de hierro que<br />
formó el valiente Espartano de “Las Tunas”.<br />
Bien escasas podrán ser nuestras facultades, pero nos acompaña una<br />
de mucho mérito, que es ;el recuerdo!<br />
Momentos antes de morir nos dijo Vicente García:<br />
Muero en tierra<br />
extracjern, pero ahí quedan ustedes para que ayuden a<br />
libertar a Cuba.<br />
“Adiós”.<br />
EDWRDO VIDAL.-DONATO TA~lAYO.--J.<br />
GARAY .-<br />
JOSÉ SEQUEIR. .-BIENVENIDO ORTIZ.-PEDRO CRUZ.<br />
EDU.4RDO VIDAL (hijo) .-JOSÉ M. VIDAL.-JES¿.S<br />
ORTIZ.-ATILANO MARTíSEZ.-ASTONIO CUELLO.