Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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124 MARTÍ / CUBA<br />
causa me dice Vd. lo que me dice,-y si bien creo que ccn continua<br />
habilid&d podremos obtener mk respeto en el Gobierno del Norte del<br />
que ahora gozamos, y ayuda-más moral que material-en el pueblo<br />
norteamericano, ayuda en que insisto y que preparo, y creo hemos de<br />
conseguir, pienso, como Vd., que con el brazo propi?, y no más, hemos<br />
de obtener nuestra emancipación, y mover a consideración a los que<br />
quisieran estorbarla. La excursión por Florida, y la prédica inglesa, y<br />
el uso oportuno de la alta prensa de New York, comenzaron a desviar el<br />
golpe. Yo no quise a mi vuelta extremar caso público, ya por las aser-<br />
ciones ligeras de nuestra parte que hubiera sido fácil comprobar, ya por<br />
no haber querido, hasta tener seguridad plena de nosotros mismos, esta-<br />
blecer inteligencias extraoficiala con el Gobierno norteamericano; ya<br />
por la certeza de no salir muy bien librado con la actual Secretaría,<br />
cuya historia y entrañas conozco. Pero he hecho de modo que donde<br />
d.ebe, conste: por gente de peso, nuestra protesta privada, y así he puesto<br />
el caso con mi viaje a Washington, cerca de buena gente, y mis entre-<br />
vistas en New York y Filadelfia. Al llegar la carta que se había entre-<br />
gado a Benjamín Guerra, abierta, y sin razón, aparte de otra recibida<br />
en mi oficina y cuyo sobre no se me reservó, fue la que incluía el resul-<br />
tado de la colecta en los talleres, respaldada por R G. Socorro, 902<br />
Tablas, Secretario público del Consejo en los días de la colecta, y el<br />
banderín, cuyo sobre retengo, marcado con los números 57155 y 20301<br />
al frente. Pero creo desviado el golpe mayor, y nuestro manifiesto al<br />
país, junto con nuestra absoluta prescindencia de ostentación de carácter<br />
armado, completaran por ahora la obra. Del Gobierno, por hoy, no se<br />
me ha ocurrido impetrar ayuda; sí del país, y lo estimulo a que le<br />
muestre y hagc que se le muestre justa amistad, aunque en la variación<br />
perceptible de algunas caras rubias del Cayo que Vd. conoce, e iban a<br />
bordo, comprendí sin comunicar a nadie mi impresión, que desde antes<br />
de mi salida corrían ya por allí vientos contrarios.. Pero nos es muy<br />
fácil completar nuestra obra sin chocar para nada con la ley del país;<br />
y yo, aunque indignado a mis horas, casi me alegro, más que me duelo,<br />
de esta vigilancia que nos obliga a la discreción y trabajo callado de<br />
que necesitamos dar muestra continua a nuestro país.<br />
Aquí, Fernando, acabo, porque se va el correo. En Juanita he estado<br />
pensando desde que comencé esta carta; que muchos han de ser los años<br />
que pasen para que pueda yo olvidar a compañera de sus méritos, ni<br />
a persona o cosa alguna de su casa. De Patria, sólo que no alcanzó a<br />
POLíTICA Y REVOLUCIÓN 125<br />
tiempo el correo. Ya verá qué periódico a la vuelta. De Guerra, celebro<br />
que esté allí, donde puede dirigirlo la superior dirección de V. A Teodoro,<br />
el martes. Y un abrazo de su<br />
Sr. José Dolores Poyo<br />
Amigo querido:<br />
4<br />
A JOSÉ DOLORES POYO<br />
J. MARTÍ<br />
[Agosto, <strong>1892</strong>1<br />
iSer. tiempo ya, ni he tenido siquiera tiempo, de recordarle las<br />
memorias, para mí gratísimas, de un viaje ni por un momento deslucido<br />
con ninguna de las pequeñeces o malignidades humanas? Esa sí que es<br />
la fuente de juventud que buscó en vano el Ponce de León. Llegué, caí.<br />
me levanto hoy, tengo la casa llena de gente, aunque hay mucha regada<br />
por el campo, y sólo le pongo estas líneas para decirle que la enfermedad<br />
no es cosa mayor, que no me alcanzo para ordenar la oficina, las comi-<br />
siones, el periódico y tanto hilo suelto, y mi próxima ausencia, que<br />
tengo necesidad de acelerar mi viaje, que he hallado aquí entre la gente<br />
veraneadora de la Habana más respeto y visitas que las que hubiéramos<br />
podido esperar; que el Gobierno español parece haber entablado recla-<br />
maciones sobre la forma armada y organización armada visible del<br />
Partido Revolucionario Cubano; que sería grave por el resultado en la<br />
opinión en Cuba y aquí, que al nacer diésemos pruebas de incapacidad<br />
e indiscreción en cosa tan fácil de evitar; que desde el Consejo exija<br />
absoluto sigilo en lo interior de los clubs sobre esta organización, )<br />
ejercicio y compra de armas; que no se dé prueba escrita susceptible<br />
de caer en manos del correo avisado que las busca, de que se están<br />
reuniendo armas contra España, que el público aquí habla más de lo<br />
que debe de Angel Guerra; y de ahí han venido cartas a él que deberían<br />
habérsele entregado acá a su venida. Van los comisionados. Publico<br />
los manifiestos a Cuba y a los Estados Unidos. Salgo para Santo<br />
D omingo. Reprimamos mientras completamos. No demos ocasión, sobre<br />
todo, para querella alguna de este Gobierno, donde no tenemos hoy<br />
amigos. Especialmente le recomiendo esto último, porque por ahí viene