Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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110 MARTi / CUBA<br />
mación ni miramiento han de tener los Estados Unidos por tu, p&o<br />
cuyos mismos naturaka dexnmcian asi, como ineptos y voltarios, a sus<br />
hombres representativos?<br />
Y sobre el error que comete& el cubano conocido “favoreciendo el<br />
armamento de expediciones cuyo resultado no puede ser más que el<br />
derramamiento inútil de sangre, y un r&imen aún más terrible”, ea de<br />
lamentar que el opinante que intenta dar voto sobre los hechos y las<br />
personas de la emigración, los conozca tan pobremente que no sepa que<br />
ia historia politica del cubano a que alude no tiene toma más vivo que<br />
su constante predica de una organisación revolucionaria que sustituyese<br />
la guerra fuerte y ordenada de acuerdo con la Isla, ya que es inevitable<br />
la guerrh a los esfuerxos pemonal~ parciales y locales, insuficientes y<br />
funeatos;-que no sepa que la actual organixación revolucionarie, com-<br />
puesta en gran parte de cubanos llegados de Cuba en estos últimos años,<br />
“que conocen los grandea cambios que en Cuba han tenido lugar”, es<br />
el resultado, espontáneo y unánime en las emigraciones, sin cartilla ni<br />
bolivarada de nadie, de la convicción de la ineficacia de las expediciones<br />
sueltas, y de la necesidad y posibilidad de una guerra total y enérgica,<br />
con politica amplia y justa, y con hacienda bastante; que no sepa que<br />
toda la emigración cubana, con tanto entusiasmo como en los dias de<br />
Agramonte y Céspedes, y con más orden y experiencia, está hoy, sin<br />
excepción de un solo cuerpo o entidad revolucionaria, organizada en<br />
el Partido Revolucionario Cubano, el que en el artículo 20 de sus Rases,<br />
propuestas por encargo de la emigración de Cayo Hueso, y proclamadas<br />
unánimemente por las emigraciones cubanas y puertorriqueñas el 10 de<br />
abril de <strong>1892</strong>, dice así:<br />
“Articulo <strong>2.</strong>-El Partide Revolucionario Cubano no tiene por objeto<br />
precipitar inconsideradamente la guerra en Cuba, ni lanzar a toda costa<br />
al psis a un movimiento mal dispuesto y discorde, sino ordenar, de<br />
acuerdo con cuantos elementos vivos y honrados se le unan, una guerra<br />
generosa y breve, encaminada a asegurar en la par y el trabajo la feli.<br />
cidad de los habitantes de la Isla”.<br />
Eso manda hacer el Partido Revolucionario Cubano; y como es de<br />
gentes honradas, eso se hace. Suelen salirle a la politica sus parricidas<br />
y ladrones, que se ponen de representantes del ideal que aborrecen, y<br />
con la autoridad y los recwaos de él lo minan y descomponen, para<br />
ofrecer luego a un postor apetecible su cadáver. Como traidores se mi-<br />
harían sin duda los representantes del Partido Revolucionario, y traidores<br />
aería si de público, y por su “digo expreso, prometieaest al país “no<br />
POLfTXCA Y REVOLUCIÓN 111<br />
precipitar inconsideradamente la guerra en Cuba, ni lansar a toda coáp<br />
al país a un movimiento mal dispuesto y discorde”, y en privado, coa<br />
las fuerzas y el crédito obtenidos por esta declaración, preparasat el<br />
modo de “precipitar inconsideradamente la guerra en Cuba”. No cabe<br />
la isla en un ptio; ni las revoluciones son obra de joyeria, que salen l<br />
hora fija, con todos sus tornos y lustres, del troquel del joyero; ni la<br />
guerra que la isla se diese, o decidiera ella precipitar, podría o debería<br />
dejarse sola, ni se quedaría sola. Mas la guerra que el Partido Revc-<br />
lucionarío Cubano tiene el deber de encaminar de modo que se acomode<br />
a la realidad del país, y componga sus elementos a fin de que convivan<br />
en la guerra y después de ella en equidad y concordia, ésa no saldrá<br />
en diarios, ni se echará a la mar con bocinas, a que la traiga del narigón<br />
un barco ajeno, ni caerá en un rincón de monte, donde el enemigo pre-<br />
parado la acorrale, ni se alsará hasta que no la aclamen y respeten los<br />
mismos que pudieran combatirla. De modo que cuando el opinante se<br />
entretenía en suponer que pudiera estarse favoreciendo expediciones “cuyo<br />
resultado no puede ser más que el derramamiento inútil de sangre, y un<br />
régimen más terrible”, el periódico Pa+, repitiendo las afirmaciones<br />
del Partido desde su aparición, y reasumiendo las declaraciones del<br />
Delegado del Partido en las ciudades mismas denunciadas como el sitio<br />
de la expedición, decía el día 6 de agosto:<br />
“Pero esta curiosidad de que los vigilantes más celosos del porvenir<br />
de Cuba pudiesen ser, precisamente, los que lo comprometiesen con una<br />
intentona parcial y gloriosa; esta maldad de que los que quieren ahorrar<br />
a Cuba dolores y sangre incecesarios fueran, precisamente, los que sin<br />
consejo ni derecho ni oportunidad abriesen n la loca las fuentes de<br />
sangre; esta nimiedad de que Jos que conocen hombre por hombre el<br />
país cubano!<br />
. .,<br />
composrcion,<br />
y saben cuán difícil<br />
fueran, precisamente,<br />
es adelantar<br />
los que, por<br />
con alguna ventaja su<br />
un renombre histórico<br />
que ya no necesitan, o por una veleidad de gloria a que no tiene derecho<br />
un cubano honrado, precipitasen el país a la descomposición de que,<br />
solos en el desconcierto politice y en las varias formas de la cobardía<br />
patriótica, pretenden salvarlo; esta niñez de que los revolucionarios probados<br />
de Cuba, empeñados hoy en gran mayoría en la nueva revolución,<br />
arriesgaran su obra de conjunto,-la obra de fundar por una guerra<br />
imprescindible una república viable,-con la calaverada marcial, o la<br />
racha ambiciosa, de una expedición insuficiente y vocinglera.--sólo puede<br />
ocurrir, en verdad, a un buscapárrafos callejero de la prensa noticiosa,<br />
o a los agentes que España tiene a sueldo para levantarnos dificultades