Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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424 YAIlTf / CUBA<br />
sido victima de una orden falsa, o de una intriga española. Loe revo-<br />
lucionarios del pais, que tienen otras promesas, y aguardan otras órdeneq<br />
no se lanzan detrás de este movimiento confuso y sin carácter. Supon-<br />
gamos, repito, que el alzamiento cunde, contra lo que se ve hasta ahora,<br />
en otras comarcas, y que viene el caso de salvarlo con el auxilio rápido,<br />
o dejarlo morir por puntillos y esperas. Entonces, se acude con cuanto<br />
hay a mano, sin caer en el esceso de dejar pasar la hora única por no<br />
parecer deseoso de usurpar autoridad a nuestro jefe militar. Y él lo<br />
entendería y lo aplaudiría. Pero siempre habrá tiempo, con mis previ-<br />
siones, para que él piense y ordene.-Y si esto cae, como ha caído, o<br />
pienso que va a caer, planteo el problema urgente, y se es, o no se ea,<br />
porque al pafs no se le puede tener en esta agonía. En esa ansia quedo,<br />
ganando respeto entre los nuestros por no haber querido abusar de la<br />
situación presente. Acaso pasado este período ya harto largo y continuo<br />
del miedo de los alzamientos locales, hayamos entrado en el de un<br />
rápido y magnífico fin de nuestras labores preparatorias.<br />
Con Charlea ya he hablado de los detalles de nuestros amigos. Hay<br />
tiempo para ser luego más largo. Pero de ningún modo,-pienso desde<br />
ahora,-ha de quedar un día por el aire, ni andarse dando vueltas. Lo<br />
de afuera y lo de adentro a un tiempo. Llegar al punto, hallarlo todo<br />
pronto y enseguida adelante. No quiero escribir más por correo sobre<br />
estas cosas.<br />
A Roloff, Seraffn, me le dice cuanto debemos, y no le escribo por<br />
no repetirme. De mi natural inquietud, nada le diré: sepa sólo que mi<br />
energía para obrar es tanta como mi prudencia para decidir. Ni me<br />
aloco, ni pierdo minuto. Es la revolución lo que tenemos que salvar, y<br />
si esto falla, trataremos de guardar fntegras sus verdaderas fuerzas.<br />
Nuestra tierra escarmentada no va detrás de sombras. Es nuestra, si la<br />
merecemos; pero si la forzamos, o la movemos a la loca, nos dejará<br />
morir con razón en el abandono y el ludibrio. Por fortuna lo entendemos<br />
así, y nuestra conducta en este incidente robustecerá. nuestro crédito.<br />
-Sobre mis cables iqué necesito decirle? Nada fío al papel. Es como<br />
le he dicho: no tengo: observen. Así es en todo momento. Por eso<br />
debía estar aquí Chicago, y se queda, mientras pueda haber necesidad<br />
de &-Un abrazo fuerte, Serafín, de su<br />
J. hlARTf<br />
El correo próximo lleva los mapas. Pero ya los vi, los mejo-, y<br />
no fío en ellos. Algo más se necesita.<br />
POLílWX Y REVOLUCIÓN<br />
Sr. José Dolores Poyo<br />
Mi muy querido Poyo:<br />
9<br />
A JOSÉ DOLORES POYO<br />
425<br />
New York, 16 de noviembre de <strong>1893</strong><br />
Mis telegramas habrán ido indicando a Vd. las noticias por mí reci-<br />
bidas, y la situación corriente, y el último le habrá tranquilizado, y dicho<br />
que, confirmando con !os hechos la previsión que de ellos hice a Gómez,<br />
hace unos dos meses, le expliqué hace ya cinco días, por la primera<br />
oportunidad después del alzamiento, lo que hasta entonces se sabía de<br />
él, y ajusté cablegramas para los tres casos posibles de acción inmediata<br />
que en mi carta sugería, y se acentuarán o desvanecerán precisamente<br />
en los días que a la vez faltan para que las exphcaciones lleguen a SU<br />
destino, y para que lo de las Villas desaparezca o eche raíz. Al papel<br />
se debe fiar poco, y basta con que diga Vd. que, caso de ser este alza-<br />
miento algo más de lo que parece hasta ahora,-4 arranque crédulo y<br />
sincero de una gente engañada por una orden falsa que se supuso ir de<br />
mi, o la caída involuntaria de un puñado de patriotas en una intriga<br />
del gobierno;--caso, digo, de sacar este alzamiento al campo gente<br />
experta, y de la que puede campear y esperar;+aso, en fin, de justificar<br />
nuestra ayuda, nada sorprende sin hacer de cuanto debía yo tener hecho.<br />
¿A qué decirle más. 3 Esa es la situación: de seis a ocho días, o antes<br />
tal vez, sabré más de Cuba, y sabré de Gómez; lo demás está avisado;<br />
otras preparaciones dependen de la necesidad que amerite su realización.<br />
Dificultaría mí acción en un caso dem,asiado urgente, en el de que cun-<br />
diese y levantase a gente seria esta arrancada de bravos, mi conven-<br />
cimiento doloroso de que Gimez, según su última carta, creía menos<br />
cercanos y dispuestos de lo que parecen estar los elementos de la guerra<br />
en Cuba, o me creía, sin conocerme aún bien, un tanto engolosinado con<br />
las promesas de ciertas lealtades de afuera y algunas ayudas de adentro.<br />
Y de pronto, sobre este estado de espíritu, arribado acaso por el temor<br />
injusto de que la aceleración justificada pudiese ser deseo de quitarle<br />
ocasión de ejercitar su autoridad, caen las noticias de Cuba con la<br />
frialdad lejana del papel que no se espera, y las prisas consiguientes a<br />
le situación en que nos vemos. Pero la verdad me defiende, y con toda