Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
464 MARTí / CUBA<br />
virtud. La virtud no puede comprender la villanía, y se deja engañar<br />
por ella. Lo s h om b res sólo entienden aquello de que son capaces.-Está<br />
ahora en mí tal orgullo por mi pueblo, que no se lo puedo decir, porque<br />
no le parezca lisonja. Por su honor vivo: moriría de su deshonor. iQué<br />
importa que, como al albañil, nos caigan encima de la ropa de trabajo<br />
unas cuantas manchas de cal o de lodo? Nosotros, como el albañil, al<br />
quitarnos la ropa de trabajar, podremos decir: “iHemos construido!”<br />
Lo quiere a Vd. mucho, por todas sus virtudes, su criado y el de<br />
su pueblo<br />
Sr. José Dolores Poyo<br />
Amigo muy querido:<br />
15<br />
JOSÉ MARTÍ<br />
[ Diciembre, <strong>1893</strong> 1<br />
Aquí me tiene en cama, donde me vi por fin mutiho más mal de como<br />
Vd. me dejó. Fue cosa fuerte, y salgo de ella para el tren, porque ya<br />
aquí 10 esencial queda hecho, y la gente mejorada al calor del cariño.<br />
Yo puedo seguir viaje gracias a la habilidad y fraternal cuidado de<br />
Barbarrosa; pero si&to el mal vivo. En los días antes serios, sentí que<br />
me hacía falta Vd. Pero más falta hacía allí entre los que me le conocen<br />
y siguen la virtud. Yo recaeré en New York, y en pie enseguida, a expli-<br />
carnos’ al país, a ligarlo, a abrir fondos. Dejo a Tampa en salud ; Port<br />
Tampa quiso mi visita, que no pudo ser por la enfermedad, pero ya<br />
tiene su club, sano y entusiasta; la reunión yanqui he de dejarla, porque<br />
por la ausencia del mayor, durante mi maluquera, había de esperarse<br />
a la próxima semana, que es demasiado tarde; esta noche, antes de<br />
irme, fundo un club de paz, del que espero orden continuo y resultadqs<br />
especiales. Muy interesante y viva anoche, a pesar de la debilidad que<br />
me dura al escribirle, ‘la sesión neta del Cuerpo de Consejo. Salgo, eti<br />
fin, tranquilo.<br />
No lo vi, noble amigo, ir con gusto. No deseaba verlo ir. Tenemos<br />
mucho que hacer juntos. Crece la hora grande. Pero allá lo sé en<br />
faena, y en brazos de los que lo quieren aún más que yo, y tuvo su<br />
poesía eso de llegar a tiempo para calentar al recién nacido sobre su<br />
corazón. Esas son Pascuas. Y en las de Vd.; en su mesa pura de familia<br />
ejemplar, guárdenle al ausente un cubierto de casa; mándeme Clarita<br />
POLiTICA Y REVOLUCIÓN<br />
un pensamiento que me acabe de curar la enfermedad. Y en tanto no<br />
puedo mover la pluma, In querida pluma de oro, un beso a la mano<br />
a esas hijas gallardas.<br />
Escribo a Serafín, a Gualterio. a Paulina, al Consejo, sobre el Yara.<br />
Van las dos cartas de Serafín; y las que no fueron antes, no debían ir,<br />
Arriba y un abrazo a Vd. y a IManolo. Queda maluco y contento su<br />
Sr. Gualterio García<br />
16<br />
A GUALTERIO GARCfA<br />
JOSÉ MARTi<br />
465<br />
[Diciembre, <strong>1893</strong>3<br />
Gualterio querido :<br />
Unas líneas. Gracias por la acción oportuna de las remesas, que<br />
quedan sin uso, por supu,esto, como la del club Cayo Hueso, y me dan<br />
causa para una declaración oportuna. He escrito mucho y sólo tengo<br />
tiempo para un abrazo, y para incluirle los recibos y la promesa de<br />
carta mayor.<br />
Espero ansioso noticias de la misión de Rivero.<br />
esa nota sobre los fondos de guerra.<br />
Léame con vigor<br />
su<br />
J. NIARTí<br />
El correo siguiente llevará respuesta oficial a Occite. y L. L. Yara.<br />
El corazón al. buen Peláez.<br />
Sr. Francisco M. González<br />
González querido :<br />
17<br />
A FRANCISCO M. GONZÁLEZ<br />
[Diciembre, 15931<br />
No hay tiempo para nada. E-t<br />
5 oy con medio cuerpo acá, y el otro<br />
allá. Ya sabe que no puedo perder un PASO, ni fallar en uno. En Vd.<br />
fío, y en nuestro doce leales, a quienes me verá enseguida, para continuar