Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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con un pian qlre exclu:e la ambl ‘pión y renunc;a 12 p2g5. 2 fin dc funhi<br />
rn 1: As, tocade ya de gangrena, un país trabajadcr: equitativo y<br />
durab!e.<br />
ilermcoo es, de pic en 1.r tclmbe de 103 padres caídos, ver a ios h;-<br />
jos seguir, con la verdad de sils cenizas, cl caínino por donde llegar:$i;<br />
más pronto cl trlunfü los que lar cl sacrificio de los prjdres lo cono-<br />
ccn mejor; hermoso es ver 2 un pueblo. hijo rewei:c de los dcspotis-<br />
mes tcdos, habituado ai capricho por el nlhrido absoluto, e inclinado a<br />
ia prisa ciega de la rebelión por la excesiva tiranía y 12 dilación de la<br />
esperanza, juntarse en la disciplina voluntaria de un partido político de<br />
ordcu y de espera,-de avance juicioso y seguro, sin puestos para el p~o-<br />
vecho y la vanidad,-y demostraree como mantencdcr de una repúbli-<br />
ca de trabajo y pensamiento, ante la patria sin pensamiento ni trabn-<br />
jo, que puliicra temer de él el despotismo o ligereza; o parcialidad fata-<br />
iec en !a fundación de las republicas.<br />
Hermoso 2:: ver, cuando pudiera temer Cuba que los emigrados tra-<br />
masen sin respefs una guerra román tica y rudimentaria, sorda a las rea-<br />
!idades del país, que lo que preparan los emigrados, todos a una, es la<br />
guerra aconsejada con el país, que lo ponga por fin en su realidad, y no<br />
lleve a Ia patria más que el vigor necesario a levantar y defender el go-<br />
bierno que en su equilibrio, y ajuste quieran darse las fuerzas residen-<br />
tes de le Isla.. Para salvar a Cìlba de la revolución desordenada vive el<br />
Partido RevolucionarioS--de la revoiucion que se viene encima y na-<br />
die ordena; y para tener dispuesta a la Isla, sin los peligros del novi-<br />
ciado ignorante, sin recaer en los peligros de! noviciado primero, la so-<br />
lución desesperada a que por iigica de la naturaleza han de acudir sus<br />
habitantes, cuando ei extremo de la ingloriosa tiranía que no deja hoy<br />
a su miseria mas consuelo y golosina que la retórica inútil, los mueve a<br />
preferir, a despecho de los medrosos e incapaces, la prueba de un com-<br />
bate decisivo contra un enemigo cUya única fuerza viene de los opri-<br />
midos que se pueden ligar, y se Iigan, para negársela.<br />
En vez de la tentativa tenebrosa que pudiera despertar en la patria<br />
liberal zozobra para lo futuro; en vez de la guerra privada, de tratos<br />
y compromisos, que pudiese ensoberbecer en Cuba a unos elementos<br />
contra otros; en vez de precipitar afuera de la Isla los factores mal en-<br />
frenados de una guerra de invasión que desconociese la voz y autoridad<br />
del país, es hermoso ver marchar paso adeiante, sin un solo paso atrãs,<br />
2 los cubanos previsores de la emigración, que reúnen en paz todo lo<br />
que se pudiera odiar, y en la obra común todo lo que pudiera divorciar-<br />
POLílJCA Y REVOLUCJh 305<br />
se, y crean y discipiinan de antemano el ejército de laa emigraciones,<br />
salvador del de la isla; y cuando el país entretiene su agonía con las<br />
disputas de los desocupados y la desvergüenza de los ce!estinos, hermo-<br />
so es ver crecer, peso a peso, donde no se le puede tocar, ni emplear mal,<br />
el tesoro de una guerra que cambiará toda esa comedia vil en un nais<br />
de lengua útil y de concordia suficiente. en ia iguaidad inetitable de los<br />
derechos de sus hijos, la fuerza de la riqueza nueva, y la justicia del<br />
trabajo.<br />
?&entras allá en la Isla, con todos los miedos de una sociedad de lí-<br />
teratura segundona al trabajo nuevo y libre, se urde entre la gente real<br />
del pais, la gente productora y cordial, una guerra que el enemigo no<br />
puede vencer, porque está en la disposición razonada y creciente de las<br />
almas, los cubanos de la emigración, jurados en la república y el desin-<br />
terés, pidiendo y aceptando de los cubanos todos consejo y ayuda, ade-<br />
lantan en siiencio, con su tesoro que sube y su organización de sufra-<br />
gio, para que el día que la desesperación complete la unidad de la Isla,<br />
y la impaciencia apresure su rebelión, no empiece la fuga desconcertada<br />
y loca, consecuencia fatal de la soberbia y la desidia, en que perdió su<br />
fuerza de arranque nuestra guerra primera.-Otros creerán mejor, por<br />
miedo al peligro de la preparación, o a su trabajo áspero y sin brillo,<br />
aguardar de codos sobre la mesa de convite a que el verdugo les llame<br />
a la puerta, o el espanto de la guerra deshecha y sin rumbo los lance a<br />
la mar. El Partido Revolucionario cree que se debe dar rumbo a la gue-<br />
rra, salvar del verdugo laa cabezas útiles, e impedir la tristísima recaída<br />
en la emigración vagabunda y miserable.<br />
LAS REUNIONES DE PROCLAMACIÓN<br />
Eso es lo que dijeron a Cuba las emigraciones al elegir el diez de<br />
abril, en urnas sin ignominia, los fun’cionarios del Partido Revoluciona-<br />
rio Cubano. Esas voces de hermandad, más altas que cuantas pudie-<br />
ran oponerles el desamor y la discordia, que cuantas piensan oponerles<br />
!a codicia desairada y la pereza sorprendida, se levantaron, con enérgi-<br />
ca unión, en todas las tribunas del Partido Revolucionario Cubano, en<br />
t.1 Cayo, en Tampa, en Ocala, en New York. Eso, juntas las voces de<br />
1.868 y <strong>1892</strong>, fue lo que aplaudía, con ese aplauso cerrado y cordial de<br />
nuestros p&blicos, la emigración de Nueva York, al ver aparecer ante<br />
los cubanos e!ectores a sus elegidos, al oir a un presidente de la iepú-<br />
blica de ayer saludar en el Partido Revolucionario Cubano al continua-