Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893
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254 MARTi / CUBA<br />
en memoria de aquella noche regatabo “al amigo de América: a Martí”.<br />
Venía a todo andar en el dibujo una locomotora; triunfante el penacho,<br />
la delantera como un ariete, el tren todo gallardo y seguro: y a su lado,<br />
un botijín, un bigotes, un panzón, un chaqueta, corría, a trancos mise-<br />
ros, con una banderuca en la mano, gritando : 1 peligro ! Así quienes<br />
ahora, cuando el tren se viene encima, saliesen a verle las yerbas a: ca-<br />
mino, y a temer lo purgante de esta yerba o lo amargo de la otra, en<br />
vez de adquirir en el servicio de la revolución el crédito necesario para<br />
salvarla de sus yerros. Así quienes, de cuerpo pedante, quisieran salirle<br />
al paso a le locomotora.<br />
4<br />
“i VENGO A DARTE PATRIA ! ”<br />
PUÉRTO RICO Y CUBA<br />
Una sencilla tarjeta postal, firmada por dos puertorriqueños y un<br />
cubano, invitó a un limitado número de amigos de la independencia an-<br />
tillana “a cruzar impresiones alrededor de una mesa fraternal”, y eran<br />
quince los hombres que con alma de hermano se unieron en un<br />
salón de Raymond a hablar de la fe común, ‘del cariño cada dia<br />
más apretado entre las dos Antillas, del campo seguro que deja<br />
abierta a la empresa de la emancipación el mísero y previsto resultado<br />
del inútil acatamiento a la reforma electoral, que hubiera podido venir<br />
a ser un respiro más para los cubanos tímidos y una prórroga más para<br />
la dominación española si desde el guajiro hasta el prócer en la Isla<br />
de Cuba, si desde el jíbaro hasta el poderoso en Puerto Rico, no estu-<br />
viese minada la tierra por una de aquellas revoluciones espontáneas que<br />
acaso sólo necesiten para estallar el pretexto propicio de una concesión<br />
que viene a ser una nueva ofensa, y el legítimo descontento de un pue-<br />
hlo que ve en manos de sus déspotas a aquellos de quienes esperó honor<br />
y empuje suficientes para echar a los déspotas abajo. ¿Qué importan<br />
los nombres de los que pongan su pueblo, a costa de un poco de san-<br />
gre, en condiciones de realidad y vigor? : i paso a los emancipadores,<br />
bien surjan de Cuba, bien vayan de afuera! El vanidoso mira a su<br />
nombre; y el hombre honrado a la patria. Lo penoso e inútil es la su-<br />
misión voluntaria a un estado continuo y creciente de miseria y oprobio.<br />
Lo culpable, en las horas decisivas, es la indecisión. En las horas de<br />
POLÍTICA Y REVOLUCIÓN 255<br />
crisis ae enjuga la pluma del bufete, se besa en la frente a los hijos, y<br />
se va, con la luz en el alma, y una dicha mayor que todas las del mundo,<br />
al sacrificio que pide el derecho amenazado del cliente a quien le aceptamos<br />
la defensa, con los honorarios a la vez que los peligros. Un pueblo<br />
no es un banquete, puesto a toda hora para nuestro gozo, con BUS<br />
entremeses de fuegos artificiales; sino una masa de esperanzas y dolores,<br />
de vileza que re ha de sujetar y de virtud que se ha de defender, de<br />
ignorancia apasionada y luces e instintos que la salvan y dirigen, de<br />
hombres a quien = . se ha de querer y servir como sirve el médico al enfermo<br />
que le rwerde las manos. Al servicio de la patria se sale desnudo,<br />
a que el viento se lleve las carnes, y las fieras se beban el hueso, y<br />
no quede de la inmolación voluntaria más que la luz que guía y alienta<br />
n sus propios asesinos. La patria no es comodín, que se abre y cierra a<br />
nuestra voluntad; ni la república es un nuevo modo de mantener sobre<br />
el pavés, a buena cama y mesa, a los perezosos y soberbios que, en la<br />
ruindad de su egoísmo, se creen carga natural y señores ineludibles de<br />
su pueblo inferior. La patria, en Cuba y Puerto Rico, es la voluntad<br />
viril de un pueblo dispuesto al triunfo de su emancipación, a un triunfo<br />
indudable por<br />
razón inmoral<br />
el arranque<br />
y ei tesoro<br />
unido y potente de la libertad<br />
arruinado de sus opresores. La<br />
contra el corepública,<br />
en<br />
Puerto Rico como en Cuba, no será el predominio injusto de una clase<br />
de cubanos sobre las demás, sino el equilibrio abierto y sincero de todas<br />
las fuerzas reales del país, y del pensamiento y deseo libres de los<br />
cubanx todos. No queremos redimirnos de una tiranía para entrar en<br />
otra. No queremos salir de una hipocresia para caer en otra. Amamos<br />
A la libertad, porque en ella v-emos la verdad. Moriremos por la libertad<br />
verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a<br />
unos hombres en el goce/ezcesivo, y a otros en el dolor innecesario. Se<br />
morirá por la república después, si es preciso, como se morirá por la<br />
independencia primero. Desde los mismos umbrales de la guerra de<br />
independencia, que ha de ser breve y directa como el rayo, habrá quien<br />
muera--idígasc desde hoy!-por conciliar la energía de la acción con<br />
la pureza de la república. Volverá a haber, en Cuba y en Puerto Rico,<br />
hombres que mueran puramente, sin mancha de interés, en la defensa<br />
del derecho de los demás hombres. lLo odioso es la cobardía cuando se<br />
necesita el valor; el miriñaque, cuando se necesita la espada!: y el goce<br />
supremo, aunque hayan errado alguna vez y persistido en el error, sería<br />
ver dignos de su psis, y a su lado en la hora de agonía, a los que, por<br />
hábitos de dilación, o costumbre colonial, c miedo y desconocimiento