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Volumen 2. Política y Revolución II, 1892-1893

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256 MAllTf / CUBA<br />

de la virtud burda y oculta de su pueblo, obran en ocasiones de manera<br />

que más parecen criados del gobierno que les pudre a la patria, y los pu-<br />

dre, que del pais donde los hombres supieron unir, durante diez años a<br />

lo menos, el poder del carácter, que es el varon del hombre, al de la in.<br />

teligencia, que es nuestra hembra!-Con esta alma enérgica y piadosa,<br />

con esas ideas, con esas palabras en los labios se sentaron, a la humilde<br />

comida del día, 103 quince hermanos de la mesa de Raymond, quince<br />

amigos intimos, que querian hablar de la tierra común, que querian de-<br />

clarar, como el club “Lares y Yara” de Cayo Hueso, como los dos pa-<br />

bellones con que recibía el pueblo de Tampa al Partido Revolucionario,<br />

como el puertorriqueño que abrazaba ayer en Ocala, jurando su sangre<br />

y su fe, a un cubano por donde habla hoy la voz de su pueblo, que en<br />

los tiempos que se abren, los de Ponce y San Juan caerán en Yara y<br />

en las Guásimas, y los de Cuba caerán por Puerto Rico.<br />

La mesa misma, con el héroe a la izquierda y el tesoro a la derecha.<br />

con el. cajista escritor frente al abogado revolucionario, con el jomale-<br />

ro del tabaco al lado del jornalero de la medicina, con el título de París<br />

cerca del criollo recién llegado, con el recluta centelleante, que ahorra<br />

el rifle de su sueldo, junto al maestro de armas, fino y seguro como su<br />

florete, era respuesta viva a los que dudan de la capacidad de nuestro<br />

pueblo’ para’ reemplazar sin trastorno las condiciones ‘de desdén y di.<br />

sensión criadas en la colonia, por las virtudes republicanas de la acción<br />

unida y el respeto al mérito, más fáciles y durables acaso entre nosotros<br />

que en los pueblos que la pasión o el buen deaeo nos quisiesen preaen-<br />

tar como modelos: idónde, en el Norte, una mesa como la que dijo adiós<br />

a Martí antes de uno de. sus últimos viajes, una mesa sin casta ni color,<br />

con la riqueza junto al jornal y la pluma junto a la chabeta, una mesa<br />

de rara distinción, donde los oficios más opuest& rivalizaron en la ele-<br />

gancia y hombría naturales en los hijos de una tierra que sólo necesi-<br />

ta de esta última bofetada que intentamos, para comenzar a ser, por<br />

nuestra alma superior, verdadero adorno y crédito del mundo? ¿Dón-<br />

de en el Norte, más alabado que conocido, una mesa hecha de todas las<br />

universidades de la vida, del claustro del colegio y el claustro del taller,<br />

como esta mesa de Raymond, de los quince amigos? Los que viven de<br />

otros, y pasan sobre zancos a través del mundo, sin halarse con hiel y<br />

sudor por la fatiga de la realidad, ésos no se pueden conocer, y descon<br />

fían de si y de su pueblo: los que viven de si, los que en la vida ver-<br />

dadera se han graduado de hombres, ésos se conocen y confían. iDe-<br />

fenderán la independencia primero, la república en la independencia, la<br />

POLÍTICA Y REVOLUCIÓN 257<br />

independencia en la república ! Porque no es que desconozcamos nues-<br />

tros peligros: los peligros de la soberbia y de la aspiración en un pue-<br />

blo que tuvo esclavos hasta ayer, y los peligros del ejemplo funesto de<br />

la gloria personal-que creó mal en una época distinta las repúblicas<br />

primeras de América-en esta época nuestra posterior, de otros hom-<br />

bres y otra capacidad política, donde chocaría con el espiritu rebelde<br />

de un país más maduro todo sistema o persona que, por concepto in-<br />

completo o precipitado de historias ajenas, quisiese prescindir de él. De<br />

nuestras ventajas de experiencia y cultura en Puerto Rico y Cuba sobre<br />

la condición inferior de las colonias de América cuando la independen-<br />

cia; de los deberes mayores que la geografía, la vecindad temible y el<br />

problema del continente y de la época nos imponen; de los métodos nue-<br />

vos, serios y respetables que ,110~ exigen desde el nacer estos deberea, del<br />

espiritu de religión, de concordia y de magnanimidad, que inspiró y<br />

mantiene. en pobres y en ricos, en los muchos pobres y en los pocos ri-<br />

cos, la caridad humana enérgica que hoy lleva, en su acción en las An-<br />

tillas. el nombre de Partido Revolucionario Cubano; del herofsmo de<br />

nuestras casas, del valor y abnegación de nuestros jefes, de la mucha<br />

obra que la virtud puede hacer en este mundo con poco dinero; de la<br />

justicia de amar el rincón de la tierra donde se conoció la hermosura<br />

del mundo, y la pena y el cariño que nos van ligando a él y del pecado<br />

político de llevar ese amor santo y fuerte al extremo de consagrar y com-<br />

partir, por ser de nuestro‘ terrón, los atentados contra la libertad y la<br />

patria: de cuantas ideas nobles pueden remozar el pecho de un viejo,<br />

alentar a la juventud y satisfacer a los fundadores cautos de edificio<br />

tan complicado y riesgoso como una naci’ón,+e habló con cariño, se<br />

habló con franqueza en aquella junta de independientes incondiciona-<br />

les, que hallan en el carácter de nuestra patria, y en sus dotes notorias<br />

y virihles. la profecia de su ventura en una independencia a que sería<br />

ilícito aspirar por la satisfacción culpable de ver imperar un’ pensamiento<br />

fantástico en un pueblo sin condiciones para mantenerlo en vida. La pri-<br />

mer cualidad del patriotismo eS el desistimiento de sí propio;. la desapa-<br />

ricián de las pasiones o preferencias personales ante la realidad publica,<br />

y la necesidad de acomodar a las formas de ella el ideal de la justicia. Y<br />

alrededor de aquella mesa fraternal sólo había hombres capaces de de-<br />

sistir de sí propios, habia almas juradas, de una vez por todas, a mover<br />

el acero que destruye con la mano que edifica, había el centelleo, el ar-<br />

dor. el abraso, el silencio súbito que presagian, como el amanecer al<br />

sol, las épocas donde el hombre, sacudido hasta las entrañas, echa de

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