RIGOR MORTIS

parque, en animada conversación consigo mismo. La muchacha que se viste cual la exacta
replica de Marlene Dietrich en Der Blaue Engel en cuatro bodas y un funeral. La anciana
que muere dentro de un cuarto sin ventanas y los policías hallan sesenta años de recortes de
periódicos guardados y trescientas cincuenta mil libras en una caja rancia de habanos. El
triunfador empresario que gusta vestir la ropa interior de su esposa!....”
“No sabría decirlo”
“¿No tienes una idea que ocurrió realmente afuera de tu domicilio?”
“Ah, tres días después hojeo las páginas del Cosmopolitan y en la sección de
solteros veo este rostro que me es conocido. Jules Freitag es el nombre del hombre
misterioso en Jelmoli. Yo le escribo mi único documento falso en alemán. Wir bleiben in
kontakt.”
“Nos mantendremos en contacto”. Comenta Jules, mientras me despide en la zona
de seguridad. El todavía puede despedirse abrazado con Nobel.
Nos mantendremos en contacto, por supuesto. Ignora que el encuentro entre dos
almas en un mundo sin alma requiere de mapas especiales. Yo vuelo a Islandia ahora. ¿Por
qué motivo? Me gusta la belleza. Me gustan las cosas buenas, las usuales: comida, arte,
tecnología de punta, sexo. Una velada entre amigos del nivel de Zaratustra o el inventor del
ajedrez. Decido que soy escritor, porque mi curiosidad respecto de toda clase de minutia me
ha llevado a aprender distintos temas como cartografía, historia, armas y juguetes,
restaurantes de delirio, alta sociedad, pandillas, burdeles secretos, el art Deco de los treinta,
los puentes de mampostería y los ahogados. Veronique Getz confiesa que se iba a suicidar
esa ocasión. No fue una coincidencia encontrarme en Mälaren. O Zürich. Mach es gut es el
nombre del show. La locura es esa encarnación definitiva del disco solar alado con
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