Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En la piedra de los embalsamamientos, la cabeza de la niña es volteada en dirección<br />
al humo y la invocación columnal hace escarbar el amianto de un eclipse. Los hombres<br />
anónimos tiemblan, dan un paso, retroceden, mascan el vuelo de la ceniza por amor a algo<br />
innombrable que regresa del principio de los tiempos. Y sucede el terremoto. Las piedras<br />
componen otra formación que alimenta el cuerpo masivo, enorme, creciendo de la tierra, de<br />
un coloso. Titán levantándose por encima de los suplicantes mortales en un aumento de<br />
silencio. Los cantos lo llamaron. Los bailes lo llamaron. Los mitos lo hicieron real. La<br />
cabeza del ser ciclópeo busca las nubes nocturnas, como si pudiera ver las estrellas detrás<br />
de ellas. El cielo es el presentimiento de una voz que reclama: Sueño, sueño. Ellos escuchan<br />
el relámpago que resbala por su boca y al fin calla. Se trata de la voz de quien sueña la<br />
escena. La idea fija que sucede dentro de la cabeza de Pedro, escultor de la piedra,<br />
pensando que el hombre es el momento en que la tierra duda de ser tierra. El ser en pie,<br />
inhumano rigor y geometría, se inclina y extiende una mano en pos del sumo sacerdote. El<br />
druida teme levantar la vista, pero sus plegarias son para elevarse a sí mismo a una posición<br />
de poder. El dedo lo toca y un incendio azul consume el cuerpo en un instante. El lamento<br />
del hombre es un evento terrible. El coloso ocurre en desmembramiento acorde con la<br />
orden toscana y las rocas vuelven a ser rocas nuevamente en las negras simas del tiempo.<br />
Stonehenge solidificado más una pieza nueva, el ara, el trozo de mármol azul hincado en el<br />
mundo por la cólera de la geología.<br />
Pedro vomita sangre. Y mientras, en acoso, en abrazo, en sitio, la imaginación siempre<br />
atónita, con ojeras y párpados de asombro, ardiendo por la fuerza volcánica de la sangre,<br />
hace la página de piedra; signos carbones, caracteres bárbaros en llamas, una estela con la<br />
46