Research Report - Clayss
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La Ciudad y la Provincia de Buenos Aires han tenido históricamente un peso<br />
económico y político difícil de equilibrar por el resto del país. El sistema de transporte<br />
converge históricamente hacia la ciudad-puerto, y en el conurbano bonaerense se encuentra<br />
el principal<br />
conglomerado de industrias y de votantes.<br />
Por otro lado, la Argentina ha sostenido el sistema federal porque está compuesta<br />
por 24 jurisdicciones extremadamente dispares entre sí, no sólo en cuanto a su extensión<br />
geográfica, sino también desde el punto de vista socioeconómico, demográfico y cultural.<br />
Grandes<br />
diferencias culturales separan a las provincias de la pampa húmeda y el<br />
litoral, que recibieron mayor proporción de inmigración europea entre fines del siglo XIX y<br />
principios del XX, de las del noroeste, que mantienen una fuerte identidad “criolla”. Un<br />
caso aparte lo constituyen las provincias patagónicas, conquistadas en 1879-80 a los<br />
mapuches, y pobladas por una<br />
particular combinación de pobladores originales, argentinos<br />
de diversas provincias e inmigrantes extranjeros arribados de puntos tan dispares como<br />
Chile y Gales.<br />
Aún dentro de una misma región se pueden encontrar grandes disparidades desde el<br />
punto de vista político, socio-económico y cultural. Cada provincia tiene una fuerte<br />
identidad, y el federalismo expresa una sentida reivindicación de estas identidades diversas,<br />
que se expresan también en el sistema educativo, como veremos<br />
en el siguiente punto.<br />
La diversidad, y hasta<br />
el antagonismo entre provincias, y entre todas ellas y Buenos<br />
Aires,<br />
data desde los orígenes de la Argentina. Las “Provincias Unidas del Sur” no llegaron<br />
a la unidad nacional sin conflictos: una de las primeras<br />
naciones latinoamericanas en<br />
independizarse<br />
del dominio español en 1810, la Argentina tardó 50 años de guerras civiles<br />
en aprobar<br />
una Constitución aceptada por todas las provincias<br />
ntentos de secesión de<br />
la Ciudad de Buenos Aires .<br />
11 , y 20 años más hasta<br />
encontrar una fórmula que pusiera fin a las guerras internas y a los i<br />
12<br />
Las guerras entre caudillos concluyeron en 1880, pero los caudillos contemporáneos<br />
siguen contando con un gran peso político. Si bien el justicialismo (“peronismo”) y la<br />
Unión Cívica Radical son los partidos mayoritarios en todo el país, hay “dinastías” políticas<br />
y liderazgos locales que se han mantenido en el poder por décadas y cuentan con poder<br />
suficiente como para enfrentar a los liderazgos nacionales de sus respectivos partidos.<br />
Durante los casi veinte años ininterrumpidos de gobiernos democráticos que la<br />
Argentina está celebrando por primera vez en su historia, algunas de las más arraigadas<br />
dinastías políticas provinciales han caído víctimas de escándalos policiales y de corrupción,<br />
como en el caso de Catamarca y Santiago del Estero.<br />
Otras han sobrevivido a todos los<br />
escándalos, incluyendo a la familia Menem, que sigue gobernando de hecho a la provincia<br />
11<br />
La Constitución nacional, aprobada en 1853, recién fue plenamente aceptada por Buenos Aires luego de un<br />
largo enfrentamiento que concluyó con la batalla de Pavón y una enmienda constitucional de 1861.<br />
12<br />
En 1880, cuando se convirtió a la Ciudad de Buenos Aires en Capital Federal bajo la órbita del Presidente<br />
de la Nación, y se federalizaron los recursos de la Aduana.<br />
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