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Vulnerabilidad-y-Silencio
Vulnerabilidad-y-Silencio
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person<strong>al</strong>, como son pasta de dientes y agua para su aseo person<strong>al</strong>, observándose que la<br />
escasez es mucho más aguda en las cárceles estat<strong>al</strong>es (González, et. <strong>al</strong>. 2013); por lo que<br />
dependen de sus familiares y amigos para obtener lo necesario para sus necesidades<br />
básicas.<br />
En el CEPERESO de Topo Chico, esta situación está presente; las internas necesitan<br />
que se les proporcione una serie de insumos y que no son debidamente otorgados por el<br />
centro, t<strong>al</strong>es como vestimenta, artículos de higiene, de trabajo y comida. El problema se<br />
agrava ya que estos productos no se pueden conseguir a través de actividades labor<strong>al</strong>es<br />
remuneradas pues, dentro del centro penitenciario, la gran mayoría no tiene acceso a<br />
ellas (CEDHNL, 2010).<br />
Por otro lado, las mujeres presas en este centro, en comparación a los hombres en<br />
reclusión, reciben mucho menos visitas, la mayoría de ellas son abandonadas a su suerte<br />
por sus familias y sus parejas (CEDHNL, 2010). Por lo que las internas que no reciben<br />
esta ayuda requieren obtenerla de otra manera; esto las orilla a llevar a cabo acciones en<br />
su detrimento como persona como la prostitución, el robo o la asociación con bandas de<br />
la delincuencia organizada, entre otras.<br />
En cuanto a los hijos, es frecuente que las internas dejen de tener contacto con ellos,<br />
porque no tienen quien los lleve <strong>al</strong> centro penitenciario o porque sus parientes se<br />
oponen a la visita pues no quieren que vean el lugar donde se encuentran sus mamás,<br />
aducen las reclusas (CEDHNL, 2010). Además, por estar en prisión se consideran como<br />
una m<strong>al</strong>a influencia hacia sus hijos; en adición, no existen espacios ni programas<br />
adecuados que faciliten el continuar el contacto entre madres e hijos (S<strong>al</strong>inas, 2014).<br />
Las internas se encuentran en un estado de vulnerabilidad emocion<strong>al</strong> dado que,<br />
tienen que lidiar con la privación de su libertad y la f<strong>al</strong>ta del contacto cotidiano con su<br />
familia. Deben bregar <strong>al</strong> mismo tiempo con el proceso de duelo emocion<strong>al</strong> que implica<br />
esas pérdidas y con la adaptación a la vida en prisión. Sin un apoyo profesion<strong>al</strong>, la<br />
reclusa queda sujeta, prácticamente, <strong>al</strong> apoyo mor<strong>al</strong> que sus familias y las otras<br />
compañeras de cárcel les otorguen, por lo que el abandono por parte de las familias<br />
hacia la reclusa suele provocar depresión, angustia y culpa en ellas (Moreno, 2014).<br />
Como se señ<strong>al</strong>ó anteriormente, el apoyo de las familias durante su internamiento<br />
puede hacer una gran diferencia en el bienestar físico y ment<strong>al</strong> de las mujeres reclusas.<br />
Los resultados de un estudio re<strong>al</strong>izado en dos prisiones de la ciudad de México arrojan<br />
un <strong>al</strong>to nivel de abandono por parte de las familias y <strong>al</strong> compararlo con reclusas que sí<br />
recibieron la visita de sus familiares y amigos, se observa que existe cierta asociación<br />
positiva en su bienestar físico y ment<strong>al</strong> cuando se ha recibido ese apoyo soci<strong>al</strong> (G<strong>al</strong>ván,<br />
et <strong>al</strong>, 2006).<br />
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