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LA TEORIA CRITICA DE LA SOCIEDAD DE HADERMAS

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R E L A C IO N P E R D ID A E N T R E C IE N C IA Y F IL O S O F IA 85<br />

conocimiento quien tiene que amoldarse a unos objetos constituidos ya externamente.<br />

Al proponerse esta tarea, Kant está sustituyendo la Metafísica<br />

clásica por una crítica del conocimiento40.<br />

Pero la crítica kantiana del conocimiento no es para Habermas suficientemente<br />

radical, ya que comienza con tres presupuestos que se escapan a la<br />

misma crítica. Kant está suponiendo un concepto de Ciencia tomado de las<br />

Ciencias de la Naturaleza (concretamente de las Matemáticas y de la Física<br />

de su tiempo), un sujeto cognoscente o un yo ahistórico y «hecho» de una<br />

vez para siempre, y, finalmente, una distinción entre razón teórica y razón<br />

práctica, que separa la crítica del conocimiento de una crítica de la actuación<br />

racional. Habermas relee entonces la reflexión fenomenológica de Hegel<br />

desde el punto de vista de una crítica de la crítica kantiana del conocimiento,<br />

y encuentra en ella la radicalidad que le faltara a Kant: Hegel somete a<br />

crítica aquellos tres presupuestos kantianos. La Fenomenología de Hegel no<br />

presupone ningún tipo de saber que proporcione el criterio único de cientificidad<br />

ni ninguna conciencia crítica anclada desde el comienzo en un yo<br />

puramente trascendental, sino que ambos han de justificarse desde dentro<br />

del mismo proceso de la reflexión fenomenológica. Es en el curso de ese proceso<br />

de reflexión en donde la conciencia llega a hacerse y saberse a sí misma<br />

conciencia crítica y en donde la Ciencia llega a fundamentarse a sí misma<br />

como Crítica. Finalmente, la reflexión fenomenológica se mueve también<br />

dentro de la unidad de la razón teórica y la razón práctica. Como hemos<br />

visto algo más ampliamente en el capítulo II, el paso de una figura de la<br />

conciencia a otra, en la Fenomenología de Hegel, supone a la vez la transformación<br />

de las concepciones del mundo y de las formas de vida. La Fenomenología<br />

hegeliana nos presenta así a la historia humana como un proceso<br />

de autoconstitución del hombre, en el que se van transformando las condiciones<br />

trascendentales bajo las que el hombre concibe el mundo y organiza<br />

sus formas de vida 41.<br />

Pero Habermas señala en seguida que esta su relectura de la Fenomenología<br />

hegeliana no coincide con la autointerpretación del propio Hegel. Hegel<br />

no cree haber radicalizado con su Fenomenología la crítica del conocimiento,<br />

sino que cree haberla hecho innecesaria: «Hegel supone que la experiencia<br />

fenomenológica se mantiene, ya desde el comienzo, dentro del movimiento<br />

absoluto del Espíritu, y por eso ha de terminar necesariamente en saber absoluto»<br />

41. El lector habrá ya caído en la cuenta de que aquí hemos llegado<br />

a la misma crítica de los presupuestos idéntico-filosóficos del sistema hegeliano<br />

que ya comentamos en el capítulo II. El intento de fundamentar el<br />

conocimiento sin necesidad de recurrir a una crítica del conocimiento es la<br />

contrapartida epistemológica del intento de fundamentar la revolución sin<br />

revolucionarios. Hegel fracasa así en la tarea del esclarecimiento de la nueva<br />

relación entre Filosofía y Ciencia. La Filosofía vuelve en Hegel a izar la<br />

bandera absolutista de la pretensión de ser la Ciencia Universal, ante la que *•<br />

* Ihíd.. XXII-XXIV.<br />

• Eul. 21-29.<br />

« Eul. 30.

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