Propedeutica y Semiologia en Odontologia

Capítulo | 14 Complejo pulpar y periapical
En cuanto a la sintomatología, puede
confundirse con un absceso periodontal
agudo, aunque pueden diferenciarse en que
este último presenta una mayor sensibilidad
a la percusión horizontal (por ser una lesión
lateral) y el órgano dentario puede responder
al vitalómetro ya que no siempre estará asociado
a una necrosis pulpar.
Debido a la intensidad del dolor del AAA
se puede irradiar a los órganos dentarios
contiguos que pueden estar hipersensibles
al estímulo eléctrico y menos sensibles a la
percusión vertical, logrando de esta manera
diferenciar al órgano dentario afectado.
Las pruebas térmicas no son de gran utilidad
pues no suele haber respuesta, aunque una
buena aplicación de calor puede dar lugar a un
aumento en la sintomatología al generar una
subida de la presión interna del órgano dentario
debido a los gases contenidos en su interior.
El tratamiento que permite aliviar el órgano
dentario afectado es mediante el drenaje
transconducto cuando la lesión se encuentra
en un estadio inicial, y en casos avanzados,
mediante el drenaje quirúrgico a través de
la mucosa alveolar donde se muestre el centro
de la lesión. Se recomienda llevar a cabo
un desgaste oclusal para liberar el órgano
dentario de cualquier contacto masticatorio
y prescribir al paciente antibioterapia con
analgésicos. Posteriormente, si está indicado,
se realizará el tratamiento endodóncico, y de
no ser así, la extracción del órgano dentario.
Absceso apical crónico
Generalmente el AAC es una lesión de larga
duración. Se encuentra asociada al órgano
dentario con antiguas restauraciones desajustadas,
coronas metálicas o de porcelana, y a
tratamientos endodóncicos fallidos. Radiográficamente
se encuentra con claridad una
lesión periapical radiolúcida difusa de diámetro
menor, o bien de diámetro mayor debido a
la gran pérdida de hueso, y el ápice radicular
puede presentar una resorción externa. Sobre
la mucosa alveolar puede encontrarse, en la
mayoría de los casos, una fístula supurante o
la cicatriz de ésta. En ocasiones la presencia
de la fístula puede ser extraoral, en la superficie
cutánea.
El AAC suele ser asintomático, aunque
cuando el trayecto fistuloso cicatriza (se cierra),
pueden aparecer síntomas de intensidad
leve a severa.
En estos casos, de estar indicado, será el
retratamiento de endodoncia, y en algunos de
ellos también al cirugía endodóncica.
Quiste apical
Esta lesión por lo general es asintomática a
menos que pueda complicarse con un cuadro
infeccioso, donde podrían aparecer síntomas
similares a los del AAA, por lo que se le dará
un tratamiento similar a ese estadio. Además,
es posible la enucleación quirúrgica.
Radiográficamente puede observarse una
lesión con gran destrucción de tejido y con
bordes bien definidos (fig. 14.16).
DIAGNÓSTICO Y MANEJO
DE LAS COMPLICACIONES
ENDODÓNCICAS
Como consecuencia de un mal diagnóstico,
de un mal procedimiento o de una capacidad
o conocimiento deficiente del operador,
el tratamiento endodóncico puede presentar
diferentes complicaciones desde su inicio
al realizar el acceso, durante el proceso de
FIGURA 1 4 .1 6 Im agen radiográfica de un quiste
apical en la cual puede observarse la presencia de la
zona radiolúcida ocasionada por esta lesión, ubicada
entre las raíces del órgano dentario n.° 47 a mesial del
n.° 44 (diámetro de aproximadamente 5 cm) con bordes
bien definidos.