Logica - Juan Jose Sanguineti
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LOGICA<br />
c) Verdades necesarias e inmutables: como la verdad sigue<br />
al ser, la verdad será necesaria e inmutable, si así es el ser real.<br />
Toda verdad incluye alguna necesidad, pues algo no puede<br />
ser y no ser a la vez: lo que es, es necesariamente mientras es. Por<br />
esto, los hechos pasados, una vez ocurridos, son necesarios: lo que<br />
fue, no puede no haber sido (aunque podría no haber sido). Pero<br />
en presente, las verdades contingentes son verdades sólo mientras<br />
ocurren, y dejan de serlo en otros momentos.<br />
Son verdades necesarias e inmutables:<br />
- las que enuncian una necesidad esencial, o propiedad<br />
inherente a una naturaleza (2 más 2 son 4), aunque esa naturaleza<br />
puede ser real, posible o de razón;<br />
- las que afirman una necesidad en cuanto al acto de ser: el<br />
alma humana es desde que recibe el ser, y ya no puede no ser; Dios<br />
es eternamente, con necesidad a se y no ab alio.<br />
Verdad y reflexión. He aquí una nueva característica de la<br />
segunda operación de la mente. En el juicio de la realidad el<br />
intelecto conoce form alm ente su propia verdad, aunque sea<br />
implícitamente. En los conceptos no hay todavía verdad o falsedad<br />
(quien dice «ventana», no dice una verdad ni una falsedad). Sin<br />
duda en los conceptos que no son entes de razón se da una verdad<br />
material: la idea de «tortuga» se conforma con la tortuga real. Pero<br />
sólo en juicios como «la tortuga existe», «la tortuga es lenta» y<br />
otros semejantes, a la vez que se predica un acto de un sujeto, la<br />
mente está afirmando que sus concepciones son conformes a la<br />
realidad, y por eso exponiéndose al riesgo del error.<br />
En cualquier juicio la inteligencia realiza una reflexión<br />
implícita sobre sus propios contenidos, concomitante al acto<br />
primointencional, con el fin de comparar si lo que piensa es o no<br />
real. Bastantes veces esa reflexión será explícita, como paso previo<br />
para aseguramos si lo que vamos a decir es o no exacto. Aun en<br />
frases puramente de razón, conocidas como tales, se produce esta<br />
advertencia, precisamente para no confundirlas con frases de<br />
realidad: cualquiera advierte que la proposición «Ulises mata a<br />
Polifemo» es de razón, y que pasaría a ser falsa si alguien<br />
pretendiera con ella enunciar un hecho verdadero.<br />
Así pues, quien afirma categóricamente que «el prado es<br />
verde», tiene certeza de que lo que dice es verdad: conoce la<br />
verdad formalmente. Sería contradictorio decir «tienes 30 años,<br />
pero yo no lo sé»; el ser del juicio tiene aquí un nuevo sentido:<br />
ser como verdadero (esse ut verum). Y cuando el sujeto realiza<br />
una reflexión explícita sobre la verdad de sus juicios, como para<br />
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