Logica - Juan Jose Sanguineti
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EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO<br />
abarcar toda la múltiple variedad del paisaje en su complejidad,<br />
y comprender mejor muchas cosas; mientras el otro distingue un<br />
mayor número de detalles, pero en compensación tiene un<br />
campo visual restringido y no puede abrazar el todo con la<br />
mirada. Completándose entre sí pueden prestarse recíprocamente<br />
preciosos servicios»86.<br />
Por otra parte, la distinción entre filosofía y ciencias<br />
particulares no es rígida. Hay cuestiones de las ciencias que poco<br />
a poco pueden ir tomando un cariz filosófico; y hay ciencias, como<br />
las que se refieren al hombre en su comportamiento racional y<br />
libre, que se aproximan más de cerca al plano de la filosofía. A su<br />
vez, la filosofía, cuando se aplica a determinados sectores de la<br />
realidad, se aproxima a las ciencias positivas.<br />
Otras posiciones. En la Antigüedad y en la Edad Media todo<br />
el saber era considerado filosófico, tanto la metafísica o «filosofía<br />
primera», como otras disciplinas llamadas «filosofías segundas»<br />
(física, matemáticas), en las que a veces se mezclaban las consideraciones<br />
que hoy distinguimos más claramente como filosóficas y<br />
científicas.<br />
En la Edad Moderna, al producirse el movimiento de<br />
autonomía de numerosas ciencias particulares (física, biología,<br />
psicología, etc.), se plantea con agudeza la necesidad de distinguir<br />
entre la filosofía y las ciencias positivas. Existen diversas posturas<br />
al respecto.<br />
El positivismo niega validez a la filosofía. La empresa de<br />
conocer la naturaleza de las cosas sería vana, pues la esencia o no<br />
existiría o sería incognoscible; el objeto de las ciencias serían sólo<br />
los fenómenos, las apariencias sensibles de las cosas, interpretables<br />
según ideas lógicas o matemáticas87.<br />
El neopositivismo posterior sostuvo una posición semejante;<br />
en algunos casos, los autores influidos por esta corriente admiten la<br />
posibilidad de la filosofía, pero sin reconocerle el valor objetivo,<br />
verdaderamente científico. Sólo las ciencias conocerían objetivamente<br />
la realidad. En nuestro siglo mantuvieron esta postura los<br />
filósofos del círculo de Viena (Camap, Schlick), algunos lógicomatemáticos<br />
(Wittgenstein) y otros filósofos de la ciencia<br />
posteriores (Popper, Kuhn)88.<br />
86. M. P l a n c k , La conoscenza del mondo fisico, Einaudi, Turin 1942,<br />
p. 114.<br />
87. Cfr. J.J. S a n g u i n e t i, Augusto Comte: Curso de Filosofia positiva,<br />
E M E S A , M a d r id 1977.<br />
88. Cfr. CH. D e K ö n i n c k , El universo vacio, RIALP, Madrid 1963.<br />
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