Etnografías de lo digital - UNED
Etnografías de lo digital - UNED
Etnografías de lo digital - UNED
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
III Congreso Online - Observatorio para la Cibersociedad<br />
‘Conocimiento abierto, Sociedad libre’<br />
36<br />
<strong>Etnografías</strong> <strong>de</strong> <strong>lo</strong> Digital<br />
Grupo <strong>de</strong> trabajo<br />
comportamiento más <strong>de</strong>mocrático, ético o igualitario. La cuestión es más sutil.<br />
Probablemente, muchos nos equivocamos al imaginar que ese ágora electrónica se<br />
iba a convertir en esa maravilla política, don<strong>de</strong> se garantizara técnicamente un<br />
acceso igualitario a la voz y el voto. Muchos pensaron –pensamos- que el ágora<br />
electrónica era só<strong>lo</strong> eso.<br />
Ahora <strong>de</strong>bemos compren<strong>de</strong>r que se trata <strong>de</strong> algo muy importante, pero no por ser un<br />
ágora en el sentido político <strong>de</strong>l término, sino por ser<strong>lo</strong> en el sentido social, básico y<br />
minúscu<strong>lo</strong>. El ciberespacio no nos lleva a una recuperada ágora ateniense; nos lleva<br />
a la plaza <strong>de</strong>l pueb<strong>lo</strong>. No nos lleva a la <strong>de</strong>finición histórica y que ha sido canonizada<br />
en la ciencia política, sino a la traducción directa <strong>de</strong> la palabra ‘agora’. El ‘agora’<br />
como el lugar don<strong>de</strong> era posible (e inevitable, casi), formar parte <strong>de</strong> una comunidad<br />
articulada. La verda<strong>de</strong>ra dimensión relevante (y política) <strong>de</strong>l ágora electrónica no<br />
resi<strong>de</strong> en sus mecanismos <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión, sino en el hecho <strong>de</strong> que sirve para<br />
establecer <strong>lo</strong>s víncu<strong>lo</strong>s básicos, a través <strong>de</strong> conversaciones banales e<br />
intranscen<strong>de</strong>ntes, que pue<strong>de</strong>n hacer posible, llegado el momento, su<br />
comportamiento como grupo social. El ágora electrónica no es un mecanismo para<br />
la política, sino para la sociabilidad y, por tanto, para la sociedad. Sin sociabilidad no<br />
hay sociedad. Y sin sociedad, no hay política. He aquí la tremenda relevancia <strong>de</strong><br />
esas conversaciones banales.<br />
Así pues, la etnografía virtual o la etnografía que trabaja en ciber-espacios necesita<br />
poner énfasis en la observación <strong>de</strong>tallada sobre <strong>lo</strong> minúscu<strong>lo</strong> y aparentemente<br />
irrelevante. Porque <strong>lo</strong> cibersocial tiene un altísimo componente <strong>de</strong> banalidad,<br />
trivialidad, cotidianidad, que hace que sus manifestaciones sean pequeñas y<br />
efímeras, pero, paradójicamente, irreemplazables e imprescindibles para que se<br />
produzca sociedad. Porque, como etnográfos virtuales, nuestro objeto <strong>de</strong> estudio,<br />
tiene su razón <strong>de</strong> ser (y su razón <strong>de</strong> éxito), precisamente, en <strong>lo</strong> microsociológico, en<br />
su tremenda capacidad para crear y mantener relaciones sociales, ya sea <strong>de</strong> modo<br />
privado o en espacios públicos.<br />
En todas y cada una <strong>de</strong> esas conversaciones vacías y sin dirección, entrecortadas e<br />
intranscen<strong>de</strong>ntes, se manifiestan las partículas atómicas <strong>de</strong> <strong>lo</strong> social. En un contexto<br />
vital, urbano, laboral, mediático, familiar y político don<strong>de</strong> cada vez resulta más difícil<br />
encontrar lugares don<strong>de</strong> hablar por hablar, con conocidos y <strong>de</strong>sconocidos, sin que la<br />
situación pueda ser percibida como anómala o incluso peligrosa, esto tiene un va<strong>lo</strong>r<br />
aún más importante. La red social en estado latente, la comunidad agazapada, la<br />
sociedad entendida como algo más que la concatenación <strong>de</strong> individuos entre sus<br />
respectivas e hipotecadas pare<strong>de</strong>s, necesitan, para existir, <strong>de</strong> esas partículas<br />
atómicas <strong>de</strong> <strong>lo</strong> social. Necesitan <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s contactos imprevistos, <strong>de</strong> las charlas <strong>de</strong><br />
fondo, <strong>de</strong> las conversaciones sin contenido, <strong>de</strong> todo aquel<strong>lo</strong> que, como en una<br />
conversación, nos asegura que el canal <strong>de</strong> comunicación sigue abierto, está<br />
operativo. Probablemente éste sea uno <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s factores <strong>de</strong> éxito y <strong>de</strong> relevancia<br />
sociológica <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s espacios cibersociales. La etnografía no só<strong>lo</strong> no pue<strong>de</strong> ignorar<strong>lo</strong>,<br />
perdiéndose a la búsqueda <strong>de</strong> palabras mayores y gran<strong>de</strong>s temas. Al contrario: la<br />
metodo<strong>lo</strong>gía etnográfica es la que está mejor preparada para enten<strong>de</strong>r la relevancia<br />
<strong>de</strong> ese torrente <strong>de</strong> sociabilidad minúscula. Aprovechémos<strong>lo</strong>, comprendiendo y<br />
practicando una etnografía virtual <strong>de</strong> <strong>lo</strong> banal, porque ahí resi<strong>de</strong> realmente <strong>lo</strong><br />
mayúscu<strong>lo</strong> <strong>de</strong> nuestro objeto <strong>de</strong> estudio.