Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española
Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española
Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Después volvió, materializándose ante el atónito colegio apostólico.<br />
Tenía mucho que reclamar sobre la conducta de algunos compañeros. Pero<br />
el Maestro no tocó el asunto. Se limitó a saludarlos como en los venturosos<br />
días del pasado, convocándolos a la gloriosa tarea de diseminación de sus<br />
principios.<br />
Como siempre, ejercitó la buena voluntad.<br />
!<br />
Cuenta una desconocida autora, en notable crónica, que hiciera<br />
compras en vísperas de Navidad. Grandes aglomeraciones en las tiendas,<br />
multitud de personas esperando, impacientemente, por el autobús.<br />
Traía una pila de paquetes. El cansancio era tanto que comenzó a<br />
preguntarse si era razonable tamaño sacrificio para brindar un objeto a<br />
amigos y familiares. Sentía que no era ese el verdadero Espíritu de la<br />
Navidad.<br />
Finalmente, fue literalmente empujada dentro de un autobús tan<br />
repleto de pasajeros que la idea de viajar así como sardina en lata era casi<br />
insoportable.<br />
En dado momento, vio a un negrito de no más de siete años halando<br />
por la manga a una señora y preguntándole: “¿Quiere sentarse?”<br />
Él la llevó hasta el asiento vacío más próximo y permaneció atento.<br />
Tan pronto como surgía un codiciado puesto, se movía en medio de aquella<br />
masa humana para atender a otra pasajera.<br />
Finalmente, cuando ella misma sintió un jalón en su manga, estaba<br />
fascinada con el niño. Con una sonrisa que nunca olvidaría, le dijo:<br />
–Venga conmigo.<br />
Casi no tuvo tiempo de agradecer. Él se alejó, rápidamente, dando<br />
secuencia a aquel increíble maratón de buena voluntad, tanto más<br />
sorprendente por partir de un humilde niño.<br />
Su iniciativa causaba admiración. El ambiente pareció iluminarse.<br />
Las personas comenzaron a conversar, comentando la actuación del<br />
muchacho.<br />
Él, realmente había cambiado el ambiente espiritual. Todos se<br />
76 ANUARIO ESPÍRITA