Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española
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en los medios. El suceso fue tan original que motivó un reportaje del<br />
programa Línea Directa, de TV Globo.<br />
El crimen ocurrió en diciembre de 1993, y sólo ahora vino a<br />
conocerse, envolviendo a un famoso y respetable abogado de la región,<br />
víctima de un militar y su esposa, debido a la compra de un inmueble.<br />
Antes se exhibió el vídeo del reportaje del programa, antecediendo a la<br />
conferencia con narración pormenorizada de las diligencias.<br />
Las investigaciones tropezaban siempre con la absoluta falta de<br />
evidencias que revelasen al criminal — o criminales —, y el cuerpo del<br />
delito. Se le pidió ayuda a la OAB y al secretario de Seguridad Pública de<br />
Minas Gerais. El hecho entraría en la lista de los crímenes sin solución si<br />
no fuesen, en principio, por los mensajes mediúmnicos recibidos en una<br />
casa espírita, a solicitud de familiares del abogado, afirmando que él, desde<br />
hacía mucho tiempo, se encontraba muerto y enterrado bajo tierra. “Pero<br />
enterrado ¿dónde? ¿Por qué? ¿Por quién?”— era un gran misterio para el<br />
policía.<br />
No obstante, las cosas comenzaron a dejarse entrever, cuando todo,<br />
a cierta altura, parecía inútil y el caso desechable. A causa de alguien de<br />
“responsabilidad a toda prueba”, según Camilo, un comerciante cuyo<br />
nombre fue preservado, la búsqueda se intensificó. Él ignoraba la creencia<br />
del policía en los Espíritus, no lo conocía bien y no tenía mayor idea del<br />
problema — si bien conocía del crimen por los periódicos y los comentarios<br />
de boca a boca; después de concentrarse y para sorpresa del delegado,<br />
dijo así: “Doctor Camilo, mis amigos tienen algo que decirle: ¡Usted va en<br />
la dirección correcta!” (Se trataba de un médium, tal vez auditivo, esto es,<br />
una persona capaz de oír a los Espíritus).<br />
En otra oportunidad, la misma cosa — el médium volvió a repetir<br />
aquellas mismas palabras cuando fue procurado por Camilo: “Prosiga con<br />
su trabajo”, agregó. De ahí en adelante él confió más que nunca en la<br />
afirmación y en su propia intuición. Profundizó en determinada hipótesis,<br />
corriendo serios riesgos jurídicos, al querer escarbar en el sitio del militar<br />
donde notara un cierto promontorio extrañamente pavimentado en uno de<br />
los jardines de la residencia; actuó con más prudencia aún, para no cometer<br />
injusticias, y no irrespetar los derechos del prójimo.<br />
130 ANUARIO ESPÍRITA