Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española

quien Allan Kardec hace notables referencias en el Capítulo XI –
Segunda Parte, número 144, de El libro de los Médiums, sobre la
Mesa-Girardin; transcribiendo mensajes de su Espíritu, en el punto
24 del Capítulo V de El Evangelio según el Espiritismo, y en el Tomo
III, en las páginas 252, 327, 344, 348, 388 y 399; Tomo IV, p. 157 y;
Tomo V, páginas 157 y 261; Tomo VI, p. 316; y Tomo XI p. 367, de
la Revista Espírita. Después del bellísimo Capítulo I, intitulado
“Léopoldine llama”, en el cual la hija Didine, que desencarnara, con
19 años, grávida de tres meses, por ahogamiento, junto a su marido,
Charles Vacquerie, con quien se casara en diciembre de 1842, y del
tío Pierre, en el río Sena, llevando al poeta a albergar el mayor complejo
de culpa de toda su vida, el Capítulo IV — “El Condenado de Dios” —
que se extiende de la p. 45 a la 50, describe la sesión de la noche de
martes, 27 de diciembre de 1853, siendo el mensaje firmado por un
Espíritu que se dio a conocer como Asno de Balaan, un estudio sobre
la metempsicosis, cuyas conclusiones son absurdas, frontalmente
contrarias al Espiritismo, que vendría a ser codificado por Allan Kardec
(1804-1869), a partir del 18 de abril de 1857, con la publicación de El
libro de los Espíritus. El Capítulo VI — “André Chénier pierde la
cabeza, pero consigue mantenerla” — (páginas 51 a 55), trae el
mensaje, en el cual el ilustre poeta, que nació en Constantinopla, en
1762, y vino a ser decapitado, enfrentando la guillotina, por orden de
los seguidores de Robespierre (1758-1794), el día 7 de marzo de 1794,
en pleno período del Reinado del Terror, mensaje ese con nuevas y
contradictorias opiniones sobre la metempsicosis, concluyendo el
poema que dejara incompleto, minutos antes de ser llevado al cadalso.
Finalmente el Capítulo VI — “La Metempsicosis habla” — (páginas
57-61) trae poemas escritos por Víctor Hugo, basados en mensajes
que recibía, a través de las mesas giratorias, y hay un pasaje que
afirma ser de Cleopatra (69-30 a.C.) transformada en un gusano y
finalmente en una piedra. Este libro admirable, comentado por John
Chambers, debería ser leído por todos los espíritas estudiosos, para
que puedan valorizar más y más la monumental obra de Allan Kardec,
y verificar cuán necesario se hacía que surgiese alguien, en este caso
el Buen Sentido Encarnado, para colocar en orden tanto material
ofrecido, en la Isla de Jersey, por las entidades espirituales, repositorio
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