09.05.2013 Views

Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española

Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española

Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

del cuerpo se explicaban, entonces, como influencia de los demonios;<br />

principalmente las mentales, y, en ese caso, más que cualquier otras, aquellas<br />

en que el hombre parecía transformarse en otra persona; en que la voz, la<br />

actitud, la expresión del rostro y el contenido de lo que decía daban la<br />

impresión de otra personalidad; en que esa alteración cesaba también<br />

repentinamente. En el sentido propio y más estricto, se habla de posesión<br />

cuando el enfermo tiene la vivencia, el hecho de ser, al mismo tiempo; dos<br />

criaturas, de realizar dos modalidades emocionales absolutamente<br />

heterogéneas, con dos yo. Se entiende aun como obsesión la vivencia de<br />

aquellas personalidades alucinatorias extrañas que se dirigen al enfermo<br />

hablando y gesticulando; en fin, también se consideran posesión ciertos<br />

fenómenos obsesivos y todo cuanto se siente como extraño. Está claro que<br />

la posesión no pasa de ser una teoría primitiva y que la realidad en la que se<br />

fundamenta esa idea varía considerablemente. En particular, los estados de<br />

posesión con alteraciones (posesión sonámbula) son muy diferentes de<br />

aquellos en los que la conciencia se mantiene clara (posesión lúcida); en el<br />

primer caso, lo que hay es casi siempre histeria; en el segundo, esquizofrenia.<br />

“2. Epidemias psíquicas. Desde hace mucho, ya se conoce y asombra<br />

el fenómeno de las epidemias psíquicas de la Edad Media, fenómeno al que,<br />

en los tiempos modernos, nada parece corresponder de manera absoluta.<br />

Sólo se les pueden comparar a los fenómenos que ocurren en todos los<br />

pueblos primitivos de la Tierra, los cuales son accesibles, por efecto de su<br />

gran sugestibilidad, a epidemias psíquicas. En las cruzadas de niños, millares<br />

de muchachos se agruparon (dicen que hasta 30.000), se pusieron a vagar,<br />

buscando la Tierra Santa, abandonando el hogar y los padres con una pasión<br />

que ningún freno pudo contener; y acabaron miserablemente en poco tiempo.<br />

Sobretodo, fue en las épocas que siguieron a las grandes epidemias de peste<br />

del siglo XIV, pero también en otras, que irrumpió, en diversas partes de<br />

Europa, el frenesí coreico al que innumerables personas no tardaron en<br />

sucumbir. Se trataba de estados de excitación convulsiva, de danzas orgiacas<br />

con vivencias teatrales alucinatorias, seguidas de amnesia parcial o total; a<br />

veces, acompañadas de fuerte timpanismo abdominal, que se combatía<br />

mediante fuerte comprensión con paños. – Finalmente, en los siglos XVI y<br />

XVII, se diseminaron las epidemias de los conventos, en las que se vieran<br />

monjas poseídas, colectivamente, por el diablo, asumiendo una evolución<br />

dramática con la agitación de los exorcismos y del retorno demoníaco.<br />

ANUARIO ESPÍRITA 115

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!