Anuario Espírita 2003 - Federación Espírita Española
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consoladoras y esas mismas manos acariciaron con cariño a centenares<br />
de millares de personas desesperadas…<br />
Los delicados dedos cambiaron de lápiz, millares y millares de veces,<br />
para dar, continuidad a las comunicaciones consoladoras e instructivas;<br />
con esos mismos dedos escribía cartas amigas, atendiendo a la necesidad<br />
de aconsejar y orientar, consolar e instruir a las personas más sufridoras<br />
moralmente…<br />
Los ojos enfermos y muchas veces cansados, leyeron millares de<br />
páginas de los Espíritus Sabios y Familiares; esos mismos ojos divisaban<br />
también en medio de la multitud de criaturas afligidas, aquellas que exigían,<br />
de inmediato, su palabra amiga y orientación espiritual…<br />
Los dulces labios siempre besaron las manos de incontables criaturas<br />
de todas las condiciones sociales apostadas con gran expectativa en filas<br />
interminables; y esos mismos labios besaron con ternura la cara áspera y<br />
las manos crispadas de hermanos en la cárcel, torturados por el dolor de<br />
la culpa y condenación…<br />
La voz suave, al conversar con personas sufridas, llegaba a<br />
susurrar palabras inaudibles a los circundantes, garantizando el respeto<br />
al dolor ajeno; y esa misma voz se transformaba en verdadero<br />
instrumento musical solitario tañendo las más bellas sonatas<br />
espirituales, al hacer una sentida oración o al leer encantador mensaje<br />
con profunda emoción…<br />
Los oídos acostumbrados a escuchar la palabra seria e iluminada<br />
de los Buenos Espíritus, aprendieron a oír con paciencia envidiable<br />
las rogativas de madres y padres desesperados en la expectativa de<br />
recibir respuesta del Más Allá de los hijos amados, calmando sus<br />
corazones…<br />
Los fuertes dedos dactilografiaron con diligencia millares y millares<br />
de páginas psicografiadas, montando libros de variados contenidos<br />
evangélico-doctrinarios; esos mismos dedos autografiaron incontables<br />
libros, al mismo tiempo que atendía con atención a todos los hermanos<br />
angustiados dispuestos en filas inmensas…<br />
ANUARIO ESPÍRITA 43