recuperando el control de nuestras vidas - Instituto de la Mujer
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María: “Yo no tuve una actitud sumisa, en absoluto, ¿vale?, yo al contrario yo…<br />
yo p<strong>el</strong>eaba, ¿me entien<strong>de</strong>s? Yo le p<strong>la</strong>ntaba cara, yo le <strong>de</strong>cía <strong>la</strong>s cosas muy<br />
c<strong>la</strong>ras, y cada vez era más tajante o violenta, como quieras <strong>de</strong>cirlo, en mi actitud.<br />
O sea, cada vez toleraba menos, que me avasal<strong>la</strong>ra, que me impusiese, que…<br />
yo sacaba pecho. Quiero <strong>de</strong>cir: él me empujaba y yo le <strong>de</strong>volvía <strong>el</strong> empujón”.<br />
3.3.2 Reflexionar, cuestionar lo que les está pasando.<br />
Las mujeres entrevistadas narran cómo van tomando conciencia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad e injusticia en <strong>la</strong> que viven y van reconociendo <strong>la</strong><br />
necesidad <strong>de</strong> que se produzca un cambio en sus <strong>vidas</strong>.<br />
Elena: “Yo y llevaba un… un año pues… mmm... viendo que tenía que hacer<br />
algo, a mí me pedía <strong>el</strong> cuerpo que… que había llegado un límite y que yo tenía<br />
que tomar <strong>de</strong>cisiones, y sobre todo que tenía que ser valiente”.<br />
María: “La vergüenza llega un momento que, que te das cuenta <strong>de</strong> que, no has<br />
matado a nadie ¿vale?, y en todo caso, si alguien es <strong>la</strong> víctima eres tú, aunque<br />
luego durante aunque sólo sea un momento y luego te vu<strong>el</strong>va a asaltar otra vez<br />
todo lo <strong>de</strong>más. Llegas a razonarlo ¿no?”<br />
Carolina: “llegó a una situación que yo ya no quería una situación en <strong>la</strong> que yo<br />
<strong>de</strong>cía pero bueno si yo me busco <strong>la</strong> vida igual que él, yo trabajo igual que él y yo<br />
cojo mis niños y llevo mi casa igual que él, ¿ yo cómo tengo que aguantar que<br />
una persona venga y me pegue? ¿O me insulte o me quiera…?”<br />
Carolina: “(…) cuando tú empiezas a tener conocimiento y a creerte que<br />
realmente lo que tu estás viviendo no es lo normal, entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese<br />
momento que tú ya empiezas a creerte, te das cuenta, que tú, esa r<strong>el</strong>ación con <strong>la</strong><br />
pareja, no es lo normal. A raíz <strong>de</strong> ahí, pues, tu ya te das cuenta <strong>de</strong> que tienes<br />
que empezar, que si no eres consciente por ti misma, no pue<strong>de</strong>s por ti misma<br />
tienes que empezar a pedir ayuda”.<br />
Esto <strong>la</strong>s ayuda a tomar <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> resolución.<br />
María: “Cuando creí que me mataba. Digo ¡al carajo! 200 euros no valen <strong>la</strong> vida<br />
<strong>de</strong> mí, ni <strong>la</strong> mía ni <strong>la</strong> <strong>de</strong> mi hija”.<br />
En ocasiones estas reflexiones les lleva a cuestionarse <strong>la</strong>s creencias y<br />
mandatos <strong>de</strong> género llegando a manifestar <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse no<br />
sólo <strong>de</strong> estos esquemas tradicionales y culturalmente adquiridos, sino incluso a<br />
<strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> <strong>la</strong> r<strong>el</strong>ación establecida con <strong>la</strong>s propias madres en base al<br />
género.<br />
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