recuperando el control de nuestras vidas - Instituto de la Mujer
recuperando el control de nuestras vidas - Instituto de la Mujer
recuperando el control de nuestras vidas - Instituto de la Mujer
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
meses en terapia <strong>de</strong> grupo, y esos 8 o 9 meses me ayudó a <strong>de</strong>cir “tiene que ser<br />
<strong>el</strong> momento en que yo diga “hasta aquí”.<br />
María: “(…) aquí (refiriéndose al Centro <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Mujer</strong>) me hacen ver, que lo mío no<br />
era un sentimiento <strong>de</strong> amor, era un enganche emocional”.<br />
Pero también <strong>la</strong> propia familia o personas próximas, como es <strong>el</strong> caso <strong>de</strong><br />
los hijos y <strong>la</strong>s hijas.<br />
Lo<strong>la</strong>: “(…) mi hijo siempre <strong>de</strong>cía, “mamá esto es una carrera <strong>de</strong> r<strong>el</strong>evos, venga<br />
cuando tú te canses cogemos otro, venga mamá que somos cuatro, venga<br />
mamá no te rindas, no te rindas sigue”, y y yo ya veía, y <strong>de</strong>cía “sí sí, yo sigo”.<br />
Patricia: “(…) una hija que es en <strong>la</strong> cabeza pensante, siempre <strong>de</strong>cía “si yo te<br />
viera f<strong>el</strong>iz, yo me voy y te <strong>de</strong>jo f<strong>el</strong>iz con tu pareja pero tú siempre estás llorando,<br />
llevas toda <strong>la</strong> vida llorando por una persona que no te hace f<strong>el</strong>iz, (…). El<strong>la</strong> ha<br />
llegado a <strong>de</strong>cirme, llorando me <strong>de</strong>cía “hay muchas maneras <strong>de</strong> matarse, hay<br />
quien se tira por una ventana, hay quien se corta <strong>la</strong>s venas, y tú te estás<br />
matando día a día. Y es mucho peor verte morirte día a día. Dime cómo te puedo<br />
ayudar. Si me voy <strong>de</strong> aquí para no verte y eso a ti te hace sentirte más tranqui<strong>la</strong>,<br />
si te ayudo, si no, buscamos casa, dime”. Pero no era capaz <strong>de</strong> hacerlo”<br />
Entrevistadora: “¿Pero, cómo servía <strong>de</strong> ayuda esa actitud <strong>de</strong> tu hija, en algún<br />
momento <strong>de</strong>terminado ha sido <strong>el</strong><strong>la</strong> un motivo para?”<br />
Patricia: “El ver<strong>la</strong>, <strong>la</strong> última vez que <strong>la</strong> vi llorando “enmorecía”, diciéndome por<br />
favor no quiero verte como te estás matando, yo ya estaba aquí (refiriéndose al<br />
Centro <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Mujer</strong>), eso fue lo que me dio <strong>el</strong> empujón final”.<br />
3.3.5 Dejar <strong>de</strong> creer al agresor<br />
Poco a poco y unido al hecho <strong>de</strong> ir incorporando otras perspectivas, <strong>la</strong>s<br />
mujeres van <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> escuchar a sus agresores y <strong>de</strong> darles credibilidad.<br />
Patricia: “yo ya aquí había aprendido que cuando él empezara te quiero, yo tenía<br />
que pensar en otra cosa no en lo que él me estaba diciendo, luego recapitu<strong>la</strong>ba y<br />
si sabía lo que me había dicho, pero en principio para no tomarme <strong>el</strong> sofocón,<br />
para no entrar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su juego, pensaba en otra cosa, intentaba pensar en<br />
otra cosa”.<br />
Carolina: “y con los años, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchos años, que me, muchos años, yo<br />
<strong>de</strong>cía yo misma me daba cuenta y yo misma <strong>de</strong>cía, me <strong>de</strong>cía: “¿pero bueno<br />
como me vas a besar, me vas a tocar si ayer mismo me estabas dando un<br />
palizón y tenía <strong>el</strong> cuerpo lleno <strong>de</strong> moratones”.<br />
78