Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
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Pío<br />
Baroja A v i r a n e t a o l a v i d a d e u n c o n s p i r a d o r<br />
XXXIX<br />
GABRIELA, LA RONCALESA<br />
POCOS días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong> Roquet, cuando <strong>Aviraneta</strong> suponía ya inocu<strong>la</strong>do el virus <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> rebelión entre carlistas y marotistas en Navarra, a consecuencia <strong>de</strong>l Simancas, com<strong>un</strong>icó sus<br />
instrucciones a los comisionados <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea <strong>de</strong> Andoaín para que allí se hiciera campaña a favor <strong>de</strong><br />
Maroto, <strong>de</strong>sacreditando a Don Carlos y ganando el espíritu <strong>de</strong> los sargentos a favor <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz.<br />
Por entonces se volvió a presentar Gabrie<strong>la</strong>, <strong>la</strong> Roncalesa, en Bayona, y fue a casa <strong>de</strong> don<br />
Eugenio a darle noticias y a pedirle instrucciones.<br />
Le preg<strong>un</strong>tó dón<strong>de</strong> estaba Bertache, su confi<strong>de</strong>nte; el<strong>la</strong> le dijo que en aquel momento <strong>de</strong>bía <strong>de</strong><br />
encontrarse en Elizondo.<br />
—Dile que siga haciendo propaganda en contra <strong>de</strong> Maroto y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más generales castel<strong>la</strong>nos,<br />
y que cuando el coronel Aguirre, que está en San Juan <strong>de</strong> Pie <strong>de</strong> Puerto, dé el aviso, intente arrastrar<br />
a todos los sargentos y soldados <strong>de</strong> influencia <strong>de</strong>l quinto <strong>de</strong> Navarra para que se subleven. Iturri, el<br />
posa<strong>de</strong>ro, será el encargado <strong>de</strong> enviar a Bertache el dinero que necesite.<br />
—Bueno —dijo Gabrie<strong>la</strong>—; pasado mañana estoy aquí.<br />
Al mismo tiempo que a Bertache, se envió dinero a García Orejón, a Zaba<strong>la</strong> y a otros para que<br />
provocaran <strong>la</strong> insubordinación <strong>de</strong> los batallones navarros.<br />
A los tres días, Gabrie<strong>la</strong> volvió. Se había visto con Bertache en Elizondo, y éste necesitaba<br />
instrucciones, porque, según él, los acontecimientos se precipitaban.<br />
Respecto a García Orejón, perseguido por Maroto, se había refugiado en el pueblo <strong>de</strong> Gabrie<strong>la</strong>,<br />
en El Roncal.<br />
—Diles a Bertache y a los <strong>de</strong>más —dijo don Eugenio— que se sabe positivamente que Maroto<br />
está ya en tratos con los cristinos. Que su p<strong>la</strong>n consiste en entregar a Don Carlos y a <strong>la</strong> familia real<br />
al general Espartero, que fue compañero suyo.<br />
Gabrie<strong>la</strong> volvió <strong>de</strong>l campo carlista rápidamente con el parte verbal <strong>de</strong> Bertache.<br />
Todos los jefes y oficiales <strong>de</strong> los batallones navarros estaban a<strong>la</strong>rmados por los fusi<strong>la</strong>mientos <strong>de</strong><br />
Estel<strong>la</strong> y <strong>la</strong> expulsión <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong>l Cuartel real; se veían amenazados con <strong>un</strong> <strong>de</strong>sastre y se<br />
hal<strong>la</strong>ban dispuestos a intentar algo contra Maroto, mas les faltaba dirección y jefe.<br />
Bertache esperaba que <strong>Aviraneta</strong> les indicara inmediatamente qué <strong>de</strong>bían hacer.<br />
Unos días <strong>de</strong>spués, <strong>Aviraneta</strong> tuvo <strong>un</strong>a conferencia en Bayona con Duffeau, secretario <strong>de</strong><br />
Maroto, y por él supo que Espartero y Maroto estaban en negociaciones para hacer <strong>la</strong> paz.<br />
¿En qué condiciones? ¿Sobre qué bases? Eso no lo pudo adivinar.<br />
Duffeau había sido jefe <strong>de</strong>l batallón francés; en otoño <strong>de</strong> 1838 se presentó en el cuartel general<br />
<strong>de</strong> Maroto sin recomendaciones y sin dinero, se puso en re<strong>la</strong>ción con el inten<strong>de</strong>nte Arizaga, hombre<br />
listo, corrido y cínico, y entre los dos empujaron a Maroto hacia el convenio.<br />
A mediados <strong>de</strong> verano estaba Gabrie<strong>la</strong>, <strong>la</strong> Roncalesa, esperando en Bayona ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong><br />
<strong>Aviraneta</strong>. Éste <strong>la</strong> mandó otra vez al campo carlista con <strong>un</strong>a carta para el teniente carlista don José<br />
Zaba<strong>la</strong>, diciéndole que pasaran <strong>la</strong> frontera cuanto antes para ponerse al frente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tropas<br />
sublevadas.<br />
También hizo que Gabrie<strong>la</strong> escribiera <strong>un</strong>a carta al coronel Aguirre, que estaba en San Juan <strong>de</strong> Pie<br />
<strong>de</strong> Puerto, diciéndole que salía provista <strong>de</strong> dinero y <strong>de</strong> instrucciones <strong>de</strong> los antimarotistas, y que los<br />
oficiales <strong>de</strong>l quinto batallón, que Aguirre había mandado, consi<strong>de</strong>raban conveniente que se<br />
tras<strong>la</strong>dase a Bayona para re<strong>un</strong>irse con Echeverría y marchar a <strong>la</strong> frontera a esperar el alzamiento <strong>de</strong><br />
los antimarotistas.<br />
Aguirre, al recibir <strong>la</strong> carta <strong>de</strong> Gabrie<strong>la</strong>, quiso ponerse en camino; pero no pudo salir por<br />
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