Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Pío<br />
Baroja A v i r a n e t a o l a v i d a d e u n c o n s p i r a d o r<br />
y como periodista, <strong>un</strong> zarramplín.<br />
Al principio, los boletines se atribuyeron a <strong>un</strong> español l<strong>la</strong>mado Tiburcio Campe; pero luego se<br />
dieron cuenta <strong>de</strong> quién era el verda<strong>de</strong>ro autor.<br />
Una mañana que iba don Eugenio a casa <strong>de</strong> Troncoso, le esperaron <strong>un</strong> grupo <strong>de</strong> oficiales sable en<br />
mano, teniéndose que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r con el bastón, hasta que llegó <strong>un</strong> piquete <strong>de</strong> diez soldados <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
guardia, quienes le llevaron preso al Hospital Militar.<br />
El abogado <strong>de</strong> Berroa, cuado se enteró <strong>de</strong> esto, fue corriendo a casa <strong>de</strong> su cliente a participarle<br />
tan fausta noticia. Berroa empezó a bai<strong>la</strong>r <strong>de</strong> alegría; pero, <strong>de</strong> repente, cayó muerto en mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
sa<strong>la</strong>.<br />
Los comerciantes <strong>de</strong> Veracruz, cuando lo supieron, dijeron que había sido <strong>un</strong> castigo <strong>de</strong> Dios,<br />
por lo mal que se había portado con su primo y con el dif<strong>un</strong>to Ibargoyen.<br />
En esto se <strong>de</strong>cretó <strong>la</strong> expulsión <strong>de</strong> los españoles <strong>de</strong>l territorio mejicano, y los que había en tierra<br />
a<strong>de</strong>ntro se apresuraron a embarcarse en el único puerto habilitado, en Veracruz. <strong>Aviraneta</strong> pensaba<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hospital salir para marcharse en el primer buque que se presentara, con rumbo a los Estados<br />
Unidos.<br />
El comerciante Rivas visitó a <strong>Aviraneta</strong>, y le dijo que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ocho días se haría a <strong>la</strong> ve<strong>la</strong> <strong>la</strong><br />
fragata inglesa Hibernia para Nueva Orleáns.<br />
Llegó el día <strong>de</strong> <strong>la</strong> marcha, estuvieron en el hospital todos los amigos a <strong>de</strong>spedirse, y don<br />
Eugenio, en <strong>un</strong>a <strong>la</strong>ncha, salió para <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> los Sacrificios, don<strong>de</strong> anc<strong>la</strong>ba <strong>la</strong> Hibernia.<br />
Era fragata nueva, muy hermosa. Don Eugenio fue muy bien recibido por el capitán y por los<br />
ciento cincuenta pasajeros, todos españoles, comerciantes, que habían residido en Méjico; viajaban<br />
muchos frailes: dieciséis franciscanos y otros <strong>de</strong> tierra a<strong>de</strong>ntro, con su superior, el reverendísimo<br />
padre fray Diego Miguel <strong>de</strong> Bringas, misionero apostólico <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> Querétaro.<br />
Era este religioso anciano como <strong>de</strong> sesenta y seis años, muy respetable, <strong>de</strong> gran nombradía en<br />
Méjico, por haber f<strong>un</strong>dado casi todos aquellos pueblos y rancherías <strong>de</strong>l territorio <strong>de</strong> Texas, con<br />
indios salvajes, que convirtió al cristianismo en los treinta años que anduvo metido entre ellos.<br />
70