Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Pío<br />
Baroja A v i r a n e t a o l a v i d a d e u n c o n s p i r a d o r<br />
XIII<br />
ACCIÓN EN ALBA DE TORMES<br />
LA primera expedición que se intentó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ciudad Rodrigo fue <strong>un</strong>a sorpresa contra Zamora,<br />
ocupada por escasas fuerzas feotas. Se encargó <strong>de</strong> el<strong>la</strong> <strong>un</strong> coronel viejo apellidado Ruiz; pero<br />
comenzó con tan poco tacto, que no hubo más remedio que <strong>de</strong>sistir <strong>de</strong> <strong>la</strong> aventura. En vista <strong>de</strong>l<br />
fracaso <strong>de</strong> <strong>la</strong> intentona contra Zamora, se pensó en avanzar hasta Alba <strong>de</strong> Tormes.<br />
Estaban acampados en <strong>la</strong>s eras <strong>de</strong> esta vil<strong>la</strong> cuando <strong>un</strong>o <strong>de</strong> los confi<strong>de</strong>ntes fue con <strong>la</strong> noticia <strong>de</strong><br />
que el enemigo, en número consi<strong>de</strong>rable, avanzaba con <strong>la</strong> intención <strong>de</strong> cortarles <strong>la</strong> retirada y <strong>de</strong><br />
apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> su botín.<br />
En esta situación cayó enfermo el Empecinado, con gran<strong>de</strong>s dolores en todo el cuerpo, que le<br />
impedían moverse y montar a caballo.<br />
Dejaron a don Juan Martín acostado en casa <strong>de</strong>l alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Tamames, y tomó el mando <strong>un</strong><br />
capitán <strong>de</strong> su compañía. Este capitán, hombre avezado a <strong>la</strong>s sorpresas, preparó <strong>un</strong>a emboscada<br />
contra los realistas. Su p<strong>la</strong>n era hacerles entrar a los feotas en <strong>un</strong> páramo y atacarles allí.<br />
El capitán, <strong>Aviraneta</strong>, <strong>un</strong> sargento y otro soldado más atravesaron el pueblo y llegaron al puente<br />
sobre el Tormes.<br />
Hicieron traer <strong>un</strong>a docena <strong>de</strong> carros, y los pusieron interceptando el puente, atándolos <strong>un</strong>os a<br />
otros con vigas y sujetándolos con piedras.<br />
Uno <strong>de</strong> los confi<strong>de</strong>ntes llevó <strong>la</strong> noticia <strong>de</strong> que iban seiscientos jinetes feotas con buenos caballos<br />
en dirección <strong>de</strong> Alba <strong>de</strong> Tormes. Habían salido <strong>de</strong> su campamento por <strong>la</strong> noche.<br />
Acababan <strong>de</strong> dar <strong>la</strong>s cuatro <strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong> cuando en el pueblo se oyeron <strong>la</strong>s cornetas <strong>de</strong> <strong>la</strong> caballería<br />
realista, y poco <strong>de</strong>spués comenzaron a voltear <strong>la</strong>s campanas en señal <strong>de</strong> regocijo.<br />
Un poco antes <strong>de</strong>l amanecer <strong>de</strong>l día siguiente, <strong>un</strong>a avanzada realista se acercó al puente sobre el<br />
Tormes.<br />
Serían <strong>la</strong>s cinco y media cuando apareció el sargento <strong>de</strong> los constitucionales, que estaba en <strong>la</strong><br />
avanzada, con sus cincuenta jinetes, perseguido <strong>de</strong> cerca por más <strong>de</strong> trescientos caballos.<br />
Los realistas gritaban <strong>de</strong>saforadamente:<br />
—¡A ellos! ¡A ellos! ¡Son nuestros!<br />
Al <strong>de</strong>sembocar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sotillo al páramo, los jinetes liberales comenzaron a <strong>de</strong>sparramarse, y los<br />
enemigos se <strong>la</strong>nzaron en su persecución, y se dividieron y subdividieron, perdiendo el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />
formación.<br />
En este momento, el capitán <strong>de</strong> los constitucionales dio <strong>la</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ataque, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>recha como<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> izquierda, a media rienda y <strong>la</strong>nza en ristre, se precipitó <strong>la</strong> caballería contra los pelotones<br />
realistas ais<strong>la</strong>dos. El enemigo no tenía más armas que sus sables, y no pudo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse con<br />
habilidad.<br />
El grueso <strong>de</strong> <strong>la</strong> caballería enemiga se había <strong>de</strong>tenido, y, retrocediendo al galope, intentó atravesar<br />
el soto; pero al acercarse al boquete por don<strong>de</strong> habían pasado, se encontraron los jinetes atacados<br />
por <strong>la</strong>s tropas <strong>de</strong>l hermano <strong>de</strong>l Empecinado, y comenzaron a caer hombres y caballos.<br />
Los feotas, consternados, volvieron <strong>de</strong> nuevo grupas, buscando <strong>un</strong>a salida, y comenzó <strong>la</strong><br />
<strong>de</strong>sbandada. Azorados al verse metidos en aquel<strong>la</strong> trampa, <strong>la</strong> mayoría se rindió y los <strong>de</strong>más<br />
siguieron su ejemplo.<br />
Duró <strong>la</strong> acción diez minutos escasos. El escuadrón en pleno quedó hecho prisionero, a excepción<br />
<strong>de</strong> tres o cuatro oficiales que tenían magníficos caballos y que escaparon dando <strong>un</strong> gran ro<strong>de</strong>o.<br />
De Alba <strong>de</strong> Tormes marchó el ejército <strong>de</strong>l Empecinado a Ciudad Rodrigo.<br />
48