Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
Aviraneta, o la vida de un conspirador - AMPA Severí Torres
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Pío<br />
Baroja A v i r a n e t a o l a v i d a d e u n c o n s p i r a d o r<br />
XXII<br />
DE PERIODISTA<br />
UN amigo <strong>de</strong>l coronel Vázquez, l<strong>la</strong>mado Portil<strong>la</strong>, empezó a publicar por entonces <strong>un</strong> periódico<br />
titu<strong>la</strong>do El Veracruzano Libre. También se publicaba en Alvarado, y luego en Veracruz, otro<br />
periódico, El Mercurio, subvencionado por <strong>un</strong> enviado <strong>de</strong> los Estados Unidos l<strong>la</strong>mado Poinsset. Era<br />
éste <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>nominado yorkino, partidario <strong>de</strong> <strong>la</strong> expulsión <strong>de</strong> los comerciantes y propietarios<br />
españoles y <strong>de</strong> sustituir <strong>la</strong> influencia españo<strong>la</strong> por <strong>la</strong> yanqui.<br />
Redactaban El Veracruzano el coronel Portil<strong>la</strong>, <strong>un</strong> abogado habanero, <strong>un</strong> fraile mercedario <strong>de</strong><br />
cortos alcances y <strong>un</strong> abogado joven mejicano. El Mercurio lo escribían el emigrado español don<br />
Ramón Ceruti y el mejicano Castillo. Ambos periódicos, inofensivos en <strong>un</strong> principio, se ocupaban<br />
únicamente <strong>de</strong> as<strong>un</strong>tos mercantiles. Pero al poco tiempo empezaron a encresparse. Se acaloraron <strong>la</strong>s<br />
cuestiones políticas, subdividiéndose los partidos, y el <strong>de</strong> los yorkinos empezó a tener<br />
prepon<strong>de</strong>rancia.<br />
En esto, empezó a publicarse otro periódico l<strong>la</strong>mado El Sol. <strong>Aviraneta</strong>, a principios <strong>de</strong>l año 1827,<br />
tuvo que ir otra vez a Ja<strong>la</strong>pa por as<strong>un</strong>tos <strong>de</strong> su pleito, y ya convencido <strong>de</strong> que lo perdía<br />
<strong>de</strong>finitivamente, volvió a Veracruz.<br />
Las pasiones se iban <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nando cada vez más en toda <strong>la</strong> República. Los mo<strong>de</strong>rados, con su<br />
periódico El Sol, batal<strong>la</strong>ban en favor <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. Don Lorenzo Zaba<strong>la</strong>, al frente ele <strong>la</strong>s cofradías<br />
yorkinas, compuestas por criollos, indios y fe<strong>de</strong>rales, esparcían el mayor veneno escribiendo contra<br />
España y los españoles. El Mercurio, <strong>de</strong> Veracruz, aumentó su virulencia y exaltación contra los<br />
in<strong>de</strong>fensos españoles.<br />
Los comerciantes <strong>de</strong> Veracruz se a<strong>la</strong>rmaron. Hubo varias re<strong>un</strong>iones para tomar medidas que<br />
asegurasen <strong>la</strong> <strong>vida</strong> y <strong>la</strong> propiedad.<br />
No atinando con el medio que <strong>de</strong>bían emplear, se acordaron <strong>de</strong> don Eugenio <strong>de</strong> <strong>Aviraneta</strong>, y<br />
diputaron al comerciante catalán Francisco Rivas para que le consultara.<br />
<strong>Aviraneta</strong> le dijo que el mal no tenía remedio. Que a El Mercurio era fácil matarlo; pero que <strong>la</strong><br />
conjuración venía <strong>de</strong> los Estados Unidos y que el ministro Poinsset no hacía más que cumplir <strong>la</strong>s<br />
miras y mandatos <strong>de</strong> <strong>un</strong> centro <strong>de</strong> dirección existente en Washington o en Nueva York. <strong>Aviraneta</strong><br />
aconsejaba a los comerciantes <strong>de</strong> Veracruz que realizaran cuanto antes sus negocios y se marcharan<br />
lo más pronto posible.<br />
Los comerciantes amigos <strong>de</strong> don Eugenio consiguieron que éste escribiera en El Veracruzano<br />
Libre en contra <strong>de</strong> El Mercurio. Don Eugenio, parodiando los boletines que daba el médico <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
enfermedad <strong>de</strong> Napoleón en el libro l<strong>la</strong>mado Últimos momentos <strong>de</strong> Napoleón en Santa Elena,<br />
escritos por su médico Antonmarchi, figuraba a cierto Mercurio apóstata morib<strong>un</strong>do y a <strong>un</strong> doctor<br />
Bartolo que daba el boletín <strong>de</strong> <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong> <strong>la</strong> enfermedad.<br />
Se publicó en El Veracruzano Libre el primer boletín, que gustó muchísimo; siguieron otros<br />
cuatro por e] mismo estilo, aumentó <strong>la</strong> curiosidad, y <strong>la</strong> Redacción tuvo que imprimir otra seg<strong>un</strong>da<br />
tirada. El sexto boletín era picaresco y sarcástico. Diálogo picante entre <strong>un</strong> indio, <strong>un</strong> jarocho y <strong>un</strong><br />
yanqui.<br />
A los seis días, ningún comerciante quiso recibir más El Mercurio, que murió <strong>de</strong> inanición. El<br />
doctor Bartolo dijo al día siguiente:<br />
Aquí yace el apóstata Ceruti,<br />
que no fue n<strong>un</strong>ca nadie,<br />
69