Educación y deporte para una vida digna - Instituto Tecnologico ...

asuma la docencia o el aprendizaje, la escuela carecerá de existencia. Quienes
enseñan y quienes aprenden dan ser y existir a la Escuela.
El maestro abrirá cauces a la vida nueva de los niños, adolescentes, jóvenes y
adultos: estimulándolos a salir de su condición de inconsciencia, ignorancia e
inmadurez, para descubrir su original, personal e inconfundible imagen y enseñándolos
a contemplar la historia, tener esperanza en un futuro mejor y buscar con coraje las
metas propuestas.
Los educadores serán fieles a su vocación y a su mejor imagen interior, por: su
coherencia, su congruencia, su autenticidad y su madurez humana y pedagógica.
Sabrán dar razón de su inspiración pedagógica y de sus acciones didácticas;
escucharán, observarán, juzgarán y actuarán sin temor a ser interpelados por sus
alumnos, compañeros o padres de familia; conocerán que el ser humano durante el
desarrollo de su vida pasa por diversas etapas y que en cada una experimenta diversas
exigencias vitales; distinguirán las circunstancias que condicionan la vida de sus
discípulos en lo económico, en lo social y en lo cultural. Dotados de esa sabiduría,
comprenderán las necesidades de los mismos y los apoyarán en la búsqueda de
satisfactores para las mismas, orientándolos y acogiéndolos con amor.
Todo buen educador dominará el arte de despertar en los educandos el interés
por su propia educación y de transmitirles el gusto por crecer y madurar, apoyándose
siempre en los avances de la ciencia, la técnica y los progresos y cambios positivos de
la sociedad. Mediante un proceso de formación, que lo supera pero lo necesita, el
maestro ayudará a los estudiantes a alimentar, acrecentar y sacar fuera los manantiales
de vida ínsitos al interior de su existencia.
Un primer paso en el arte comentado consistirá en conocer y distinguir día a día
a los entusiastas y a los estudiantes desanimados. A los entusiasmados los incentivará
y encauzará, mientras a los faltos de ánimo les hará experimentar su cercanía, su
aprecio y su interés por encontrar juntos la energía necesaria para ubicarse en las
corrientes del saber y del aprender.
El maestro será artífice del cambio enseñando con visión amplia, integral y
dinámica. Para ello se motivará y capacitará constantemente. Le ayudará a su
motivación tener siempre presente el significado de la educación en la vida propia, en la
de los seres humanos y en la de los educandos. El desarrollo familiar, profesional y
cívico, de todo habitante de nuestras ciudades, poblaciones y rancherías esta siempre
conectado a la educación recibida y vivida.
La formación y capacitación constante habilitará al maestro para establecer la
jerarquía de las enseñanzas a proponer, y asegurar el aprendizaje de los contenidos
nucleares y dinamizadores del proceso formativo. Para eso, al explicar los textos
literarios, al exponer el razonamiento matemático, al referir y ponderar los
acontecimientos históricos, al describir y contemplar la naturaleza, ofrecerá respuestas
a los interrogantes de los estudiantes, completará o confirmará las logradas por ellos y
señalará los límites de las soluciones preconizadas. Sabrá elegir personajes, conductas
y palabras grávidas de humanismo para proponer prototipos de humanidad.
Primera Actualización
Programa Sectorial de Educación y Deporte para una Vida Digna
JALISCO 2030
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