151-25 - Biblioteca Católica Digital
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XVI<br />
«ERA GRANDE LA MALDAD DEL HOMBRE<br />
SOBRE LA TIERRA»<br />
(Génesis 6,5-12)<br />
''Viendo Yahveh que era grande la maldad del<br />
hombre sobre la tierra, y que todo el designio de su<br />
corazón tendía siempre y únicamente al mal, ''se arrepintió<br />
Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra,<br />
se dolió en su corazón, 7 y di/o: «Exterminaré de la<br />
haz de la tierra al hombre que he creado, desde el<br />
hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles<br />
y las aves del cielo, pues me pesa de haberlos hecho.<br />
» s Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahveh.<br />
''Esta es la historia de Noé. Fue Noé varón justo y<br />
perfecto entre los de su generación: Noé caminaba con<br />
Dios. W Y engendró Noé tres hijos: Sem, Cam y Jafet.<br />
"Pervirtióse la tierra ante Yahveh y se llenó de violencia.<br />
u Miró Dios a la tierra y vio que estaba corrompida,<br />
porque toda carne había corrompido su camino sobre<br />
la tierra.<br />
Iniciamos con esta lectura toda una serie de reflexiones<br />
sobre la arcaica narración del diluvio, vivamente<br />
estampada desde siempre en la fantasía de cuantos<br />
han leído la Biblia y en la creatividad de miles y miles<br />
de artistas: desde las miniaturas de los códices hasta el<br />
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espléndido mosaico veneciano de San Marcos, sobre el<br />
que volveremos; desde las incrustaciones en madera<br />
según dibujo de Lorenzo Lotto en Santa María la Mayor<br />
de Bérgamo hasta el violento y angustiado diluvio<br />
de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina; desde la remilgada<br />
tela de N. Poussin (1664) en el Louvre a la ópera<br />
El diluvio universal al que G. Donizetti puso música<br />
el año 1830 y reelaboró en 1837, etc. Por otra parte,<br />
la catástrofe del diluvio figuraba en los archivos del<br />
patrimonio cultural y religioso del Creciente Fértil ya<br />
en los tiempos bíblicos. La célebre tabla XI de la Epopeya<br />
de Gilgamés y el Poema de Atrakhasis son textos<br />
babilonios en los que se descubren no menos de 17<br />
puntos de coincidencia con la narración bíblica. En<br />
cierto sentido podría afirmarse que la trama de los capítulos<br />
6-8 del Génesis no añade ningún elemento<br />
nuevo a las narraciones babilónicas. La riqueza y la originalidad<br />
del pasaje bíblico radica en la filigrana teológica<br />
que se entrevé tras el relato.<br />
El punto de partida de este trágico recuerdo era,<br />
indudablemente, un fragmento casi ancestral de la<br />
memoria. Tal vez la base histórica arrancaba de aquellos<br />
dos inmensos ríos mesopotámicos, los imprevisibles<br />
Tigris y Eufrates, fuentes de bienestar y de tragedia,<br />
parecidos a enormes animales llenos de fuerza,<br />
pero rebeldes. Durante un tramo de 350 km antes de<br />
llegar a la desembocadura, ambos ríos discurren a lo<br />
largo de un desnivel prácticamente inexistente. Tan<br />
sólo 34 metros. Por tanto, así como, durante regímenes<br />
pluviales normales, sus aguas pueden ser canalizadas<br />
y convierten a las tierras circundantes «en el campo<br />
más fértil de todo el Oriente», como escribió Plinio en<br />
su Historia naturalis (VI, 26,122), también pueden,<br />
cuando se derriten súbitamente las nieves en primave-<br />
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