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Crónicas <strong>de</strong> los viajeros <strong>de</strong> la ciudad<br />
Rocallosas Estadouni<strong>de</strong>nses. En una parte <strong>de</strong> la leyenda <strong>de</strong> los hermanos<br />
celestes, que cuenta cómo la negativa <strong>de</strong> Tûtats <strong>de</strong> permanecer<br />
incestuosamente al lado <strong>de</strong> su hermana Tekewas, <strong>de</strong>sató la <strong>de</strong>strucción<br />
<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> ensueño en el que vivían los cinco hermanos y la madre<br />
a manos <strong>de</strong> la hermana ahora convertida en fuerza <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción, se<br />
menciona que tras incendiar la cabaña en que habitaban los chicos y la<br />
madre y buscar afanosamente al hermano querido, se <strong>de</strong>sató una pelea<br />
entre la madre-constructora y la hija-<strong>de</strong>structora. Los cinco hermanos<br />
habían sido elevados por Araña a la cima <strong>de</strong> un árbol, pero la<br />
curiosidad <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos volcó la canasta en la que eran llevados por<br />
Araña y cayeron uno a uno entre las llamas, que eran el escenario <strong>de</strong> la<br />
lucha <strong>de</strong> las mujeres.<br />
“Mientras tanto, la madre y la hija peleaban a<br />
pagayasos. Tekewas hizo caer en el fuego el arma <strong>de</strong><br />
su adversaria y usó la suya para echar allí a los<br />
hermanos, uno tras otro. Las dos mujeres luchaban<br />
ahora, la madre al sur, la hija al norte <strong>de</strong> la hornaza.<br />
La madre consiguió sacar <strong>de</strong>l fuego el corazón <strong>de</strong><br />
Tûtats y lo transformó en el monte Shasta. Sacó<br />
entonces los otros cuatro corazones y <strong>de</strong> ellos hizo<br />
montañas menos elevadas” (Levi-Strauss; 1976: 51).<br />
Después <strong>de</strong> que hubiera sido creado el paisaje <strong>de</strong> los Modoc en<br />
esta gesta épica, la madre se retiró triste por la pérdida <strong>de</strong> sus cinco<br />
hijos, pero los dos hijos <strong>de</strong> Esturnela, que la vieja fundió en uno solo y<br />
adoptó como propios, vengaron a sus tíos matando a Tekewas y<br />
llenando con su sangre un lago <strong>de</strong> aguas muy negras. Tras numerosas<br />
aventuras y enfrentarse con el gigante Yahyáhaäs, fueron convertidos<br />
en las estrellas visibles antes <strong>de</strong>l alba en el invierno y que anuncian la<br />
llegada <strong>de</strong> la primavera. Es fascinante cómo las normas sociales, las<br />
tradiciones y creencias <strong>de</strong> los Modoc son asimiladas al mundo físico en<br />
el que el pueblo vivió, solamente por intermedio <strong>de</strong>l mito.<br />
La capacidad <strong>de</strong> hacer un origen <strong>de</strong> la escena <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción y<br />
lucha parece también referirse a un renacimiento <strong>de</strong> un mundo<br />
indiferenciado, primordial y antiguo a uno más or<strong>de</strong>nado y en pleno<br />
control <strong>de</strong>l ser humano. La huida <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l sueño, la llegada <strong>de</strong><br />
un nuevo or<strong>de</strong>n, como <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la escena <strong>de</strong>l diluvio universal <strong>de</strong> la<br />
tradición ju<strong>de</strong>ocristiana, es el escenario en el que las leyendas asumen<br />
la personalidad <strong>de</strong>l héroe-humano-transformador como crucial en la