Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Existe un gran número de construcciones a catalogar por parte de instancias
gubernamentales, pero hay que recordar que el conocimiento, la apreciación
y la conservación de nuestro patrimonio dependen tanto del interés
público como del de diferentes organizaciones estatales y municipales.
Una sociedad puede determinar lo que forma parte de su patrimonio;
el valor que ella ofrezca a un bien cultural será el mismo que ayudará a
su conservación, ya que formará parte de su identidad. Para lograr los
primeros pasos en la protección de los bienes arquitectónicos y urbanos
es menester conocerlos y estimarlos. El valor de nuestra arquitectura,
desde los más remotos vestigios de la época prehispánica hasta el
presente, ha sido estudiado y difundido por numerosos investigadores
de diversas disciplinas, agrupándolos por tipologías, época, estilo y
regiones.
La participación social en la conservación
de la arquitectura
El lugar habitable es el resultado de los movimientos, actividades y
comportamiento de los seres humanos, y se ve reflejado en aspectos
económicos, sociales, políticos y culturales. La participación de la
sociedad en la conservación arquitectónica se considera dinámica
y puede modificarse por cambios en las pautas culturales de
cualquiera de los sectores participantes. Las normas sociales, la
conservación y la comunicación, son factores importantes para
la conservación de un sitio.
En Ciudad Juárez la moda y las novedades parecieran tener
mayor peso que las tradiciones. Juárez es una ciudad fronteriza
cuyo crecimiento de la mancha urbana y de sus habitantes se
explica a partir de la industria maquiladora. La industrialización
convierte a la ciudad en polo de atracción de personas de
otros estados del país y del extranjero que llegan en busca de
trabajo, o bien, personas que no logran cruzar la frontera y se
quedan a residir, lo que provoca encarecimiento de vivienda
y de bienes y servicios.
Los factores arriba mencionados convierten a la ciudad
en mosaico de gran diversidad cultural. Dada esta situación,
es difícil que se genere sentido de pertenencia entre
los miembros de la sociedad al no existir un arraigo a la
ciudad.
Un caso que podemos citar para demostrar poco arraigo
a los inmuebles de la ciudad es el de la plaza de toros
Monumental, que era propiedad privada y fue vendida
a una cadena de tiendas de supermercado. La fecha de
construcción data de 1957, y para el año 2009 contaría
con 52 años de existencia, no obstante fue derrumbada
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