Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Hortensia Mínguez García
Resumen
El presente artículo aborda el estudio de la parisina Société
des Aquafortistes, (1862-1867), una de las mayores
sociedades culturales del arte gráfico que, por su modelo
de trabajo y actitud ideológica y creativa, hoy se alza
como una de las grandes precursoras del concepto de
“original” dentro de la “obra gráfica múltiple”.
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Introducción
Hasta finales del siglo XIX, el grabado como disciplina
artística tenía su campo de actuación perfectamente delimitado
y dividido, pues dependiendo de la funcionalidad
otorgada a la obra a priori por el artista u artesano, se dividía
en “grabado de reproducción”, “grabado de interpretación”
y, excluido a pequeñas minorías a modo de goce personal, el
“grabado de creación”.
Sin embargo, con la impresionante revolución industrial
y científica propia de esta época se sucedió toda una serie de
cambios de vital importancia dentro del campo de la gráfica que
prontamente generaría la inevitable desaparición del gremio de
los grabadores por cuatro sucesos principales.
En primer lugar, tal y como apuntan los críticos Jean
Adhemar, 1 Francisco Izquierdo 2 y Antonio Gallego, 3 la aparición
de los procesos fotomecánicos y la incorporación de los avances
tecnológicos del maquinismo industrial introdujeron la acelerada
incorporación de impresoras dotadas de procesos fotomecánicos
que absorbieron por completo el monopolio de las funciones y
competencias del grabado como medio de reproducción masivo.
Paralelamente, la fotografía trajo consigo la mayor de las consecuencias,
pues como fiel capturadora, el grabado perdió además
su privilegio de reproducir la realidad así como el de copiar, para su
difusión, las obras de arte y arquitectura, es decir, prácticamente la
esencia más cercana a lo artístico de su existencia por aquel entonces,
pues el proceso de la imitación a veces se desligaba mínimamente de lo
mimético para dar paso a la traducción 4 .
1 Adhemar, Jean y otros. La gravure. Ed. Presser Universitaire de France, París, 1960. P. 9.
2 Izquierdo, Francisco: Grabadores granadinos: (siglo XVI al XIX). Ed. Marsiega, Madrid, 1975.
Pp. 55 y 60.
3 Gallego, Antonio: Historia del grabado en España. Cuadernos Arte Cátedra, Madrid, 1999.
Pp. 334-341.
4 Los grabadores destinados a copiar literalmente las obras generadas a través de otras artes o
arquitecturas eran los llamados grabadores de “reproducción”. Y aunque en realidad eran “traductores”,
ya que la reproducción manual es siempre una interpretación parcialmente creativa,
el grabador profesional estaba obligado a demostrar sus aptitudes artísticas a través del perfeccionamiento
técnico, reproduciendo lo más fielmente posible la realidad. Con el tiempo, a
e.nnova • Año I • Número 2 • enero-junio 2009
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