Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

hacer del artista, como lo era el buril y, en general las técnicas directas como
la roulette y la punta seca, las cuales fueron utilizadas sólo como técnicas
subordinadas o complementarias de sus trabajos. Y de hecho, Jesusa Vega
apunta tal y como observa en el Traité de la gravure à l’eau-forte (1865) de
Máxime Lalanne, que la rehabilitación de la técnica del aguafuerte y su
moda estaba totalmente vinculada a su fácil ejecución durante el proceso
del dibujado, pues no ofrece impedimentos o dificultades técnicas para
el desarrollo de la personalidad del artista:
(…) su principal tesis vincula directamente la realización técnica
a la personalidad del artista pintor, en detrimento del artistagrabador
de siglos precedentes. 10
Baudelaire opinaba al respecto:
Era natural que esos artistas se volvieran sobre todo hacia un
género y un método de expresión que son, en su pleno acierto,
la traducción más clara posible del carácter del artista –un
método expeditivo, por lo demás, y poco costoso: cosa importante
en un tiempo en que todavía consideran lo barato
como cualidad dominante… 11
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La fotografía y la litografía –esta última descubierta por Senefelder
en 1798– tampoco consiguieron una consagración técnica
dentro del grabado original dentro de la Société a pesar de
ser invenciones recientes, ya que temporalmente fueron clasificadas
como “inferiores” al ser técnicas ideadas para servir a la
humanidad en su necesidad de reproducir aquellas imágenes a
convenir dentro de cualquier tipo de publicaciones populares
inelegantes.
Algunos teóricos, como Theóphile Gautier, se referían a la
fotografía como una herramienta totalmente desvinculada con
la búsqueda actual de lo inédito y original. De ahí su famosa
frase: “Hay que reaccionar contra el instrumento espejo.”
En cambio, la litografía, a pesar de compartir la espontaneidad
plástica del aguafuerte durante el proceso de ejecución
del dibujo, se situó en un segundo plano, porque
las teorías de los aristocráticos, preclaros y republicanos,
la clasifican como un medio vulgar por ser instrumento
de las masas.
10 Vega, Jesusa: “La estampa culta en el siglo XIX” en El Grabado en España (siglos XIX y XX), Ed. Espasa
Calpe, Madrid, 1996, p. 206.
11 Baudelaire, Charles: Salones y otros espacios sobre arte. Ed. Visor, Madrid, 1999, p. 322. Texto original en:
Baudelaire, Charles: “Peintres et aquafortistes”. Le Boulevard, (14/09/1862), París.
e.nnova • Año I • Número 2 • enero-junio 2009
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