Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

encuentran a la espera de la significación, porque los signos en ellas utilizados
son extraños en el mundo y no hacen referencia al natural orden de las
cosas, sino a otro posible desprovisto de significado. Esta estética de la presencia
promulgada por el surrealismo llevará a la penetración recíproca
entre realidad e imaginación; las imágenes dejarán de ser mera ilusión, de
ser simplemente imaginadas para poder ser percibidas. La imaginación
tomará conciencia de sí misma y será capaz de crear en la realidad, representará
para la percepción, no realizando una representación fantástica,
sino haciéndose visible. Se podrá ver lo que nadie pudo imaginar, por
tanto, será percibido en su mayor particularidad abandonando la ficción
y manteniéndose, a la vez, inaccesible a la comprensión.
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La astucia simétrica (1928),
pintura de René Magritte.
La adecuación del deseo (1926),
pintura de Salvador Dalí.
Mantengámonos de acuerdo por tanto con el aspecto adorniano
de la obra como enigma y su expresión como enigmática,
concepto que describirá a la perfección un estado surrealista de
la imagen:
Su carácter enigmático es el aguijón que lo impulsa a articularse
de tal forma que adquiera sentido por la configuración
de su enfática carencia del mismo. Por ello el
carácter enigmático de las obras no es lo último en ellas,
sino que cada obra auténtica está proponiendo la solución
de su insoluble enigma. 24
24 Adorno, T. W.: Teoría estética (trad. de F. Riaza y F. Pérez). Taurus, Madrid, 1986, p. 170.
e.nnova • Año I • Número 2 • enero-junio 2009
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