Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Rutilio García Pereyra
erotismo está condicionado por el horror y la atracción del incesto.
Por otra parte, la vida moderna estimula innecesariamente nuestra
sensualidad, al mismo tiempo que la inhibe con toda clase de interdicciones
–de clases, de moral y hasta de higiene- [...] Estamos constreñidos
a someter nuestras aficiones profundas a la imagen femenina
que nuestro círculo social nos impone. 7
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Así, el análisis social de Octavio Paz refleja la manera de cómo construimos
nuestra sensualidad y erotismo a través de un diagnóstico de
las relaciones humanas y del comportamiento del mexicano que para
nada son ajenos a los contenidos de las historietas, como lo explicaré
más adelante.
En el mundo de la historieta, que es el tema que nos ocupa, Genaro
Zalpa, al referirse a los contenidos que plantean las historietas,
dice que la “mezcla de fantasía y realidad puede tomarse como
una estrategia para hacer más real el mundo de las historietas, pero
también puede pensarse que el efecto que se consigue es el opuesto,
pues la realidad se caricaturiza una vez que entra a formar parte
del mundo de la historieta”. 8 En este sentido, Zalpa Ramírez describe
cómo se representa a la mujer en la historieta, y dice que “todos
los personajes femeninos... tienen un figura extremadamente
atractiva y sus atributos sensuales son exagerados y mostrados
independientemente de la situación en que se encuentren”. 9
Esta representación de la mujer con atributos físicos “extremadamente
atractivos”, como señala Zalpa, para quienes elaboran
los contenidos de las historietas de antemano conocen las fantasías
o la manera en que el mexicano construye su sensualidad
y erotismo, como expone Octavio Paz. Indudablemente,
la sensualidad y el erotismo son inherentes de la condición
humana pero moldeados por la sociedad, como sostiene Paz
cuando afirma que “el erotismo moderno casi siempre es una
retórica, un ejercicio y una complacencia”. 10
Mientras que por otra parte también puedo partir de la
afirmación de que la representación de la mujer en la historieta
mexicana corresponde a la explotación del ‘morbo’
como estrategia discursiva muy diferente a lo que fueron
los melodramas que tradicionalmente se abordaron en las
historietas, y como bien dice Rafael Gallur por el alto contenido
sexual y de violencia, dejaron de ser familiares.
En este camino de la representación exagerada de los
7 Ibidem.
8 Genaro Zalpa. Op. cit., p. 83.
9 Ibidem.
10 Octavio Paz. Op. cit., p. 217.
e.nnova • Año I • Número 2 • enero-junio 2009
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