Número 2 - Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Hortensia Mínguez García
de una evolución teleológica, una ideología imperante en la que dentro del
mundo del arte se optaría, a veces, por el desentierro de otras posibilidades
que ofreciesen diferentes alternativas plásticas.
Una de las tareas principales que desarrolló la Société y la crítica del
momento fue la rehabilitación del aguafuerte, el cual había sido abandonado
durante la décadas de los años veinte en pro de la difusión de
la litografía, pero que, tal y como nos describe Baudelaire en su ensayo
“L’eua-forte est à la mode”, no tardó mucho en ponerse de moda:
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(…) hay evidentemente un síntoma de valor creciente. Pero, sin
embargo, no querríamos afirmar que el aguafuerte está destinado
en breve a una total popularidad. (…) El aguafuerte no sólo
está hecho para glorificar la individualidad del artista, sino que
al artista le es incluso imposible no inscribir sobre la plancha su
individualidad más íntima. También podemos afirmar que, a
partir del descubrimiento de ese género de grabado, ha habido
tantas maneras de cultivarlo como artistas aquafortistas. No
podríamos decir lo mismo del buril, o al menos la proporción
en la expresión de la personalidad es infinitamente menor.
Y concluye diciendo:
Entre las diferentes expresiones del arte plástico, el aguafuerte
es el que más se aproxima a la expresión literaria y la
más adecuada para velar al hombre espontánea. Así pues,
¡viva el aguafuerte! 9
Pero en realidad, ¿qué significado tenía la lucha por la rehabilitación
de una técnica menos novedosa, que por ejemplo
la litografía Los artistas reivindicaban su derecho a
ejercer un arte libre, despejado de las dictaduras académicas
dentro de una sociedad sumisa. Su mayor defensa era obtener
un estatus artístico, el estatus del dominio de sí mismo
con el oficio y la creación de sus propios grabados originales.
Dicho esto, queda claro que el nuevo artista grabador,
que posteriormente fue llamado como “aguafuertista”,
proponía como principal búsqueda en su lucha para la
renovación gráfica, lo original, lo único y lo exclusivo.
Por esta misma razón, quedaban excluidas todas aquellas
técnicas que frenaran la fluidez y la frescura en el que-
9 Publicado en la segunda quincena de abril de 1862 en la Revue Anecdótique, sin título ni firma aunque en
el sumario de la revista figura el título “L’eua-forte est à la mode”. La reproducción completa de este ensayo
podemos localizarlo en, Baudelaire, Charles: Salones y otros espacios sobre arte. Ed. Visor, Madrid, 1999. pp.
307-308.
e.nnova • Año I • Número 2 • enero-junio 2009
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